El informe pone de manifiesto que el 60% de la población considera que la pandemia le está haciendo cambiar su forma de vivir, de pensar, de cuidar la salud y de relacionarse socialmente.

Del mismo modo, en el trabajo se incide en que las desigualdades han aumentado como consecuencia de la irrupción del coronavirus, al tiempo que la pobreza es cada vez más intensa en los niños y en los hogares monoparentales con mujeres al frente.

En ese sentido, se incide en que “siguen manteniéndose los desequilibrios de género, y el incremento de desempleo a lo largo del año fue mayoritariamente del lado femenino”. Además, el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social en España ha crecido un 1% desde 2019, situándose en el 26,4%, la cuarta peor cifra en Europa.

Ante esta situación, el director de la Cátedra Martín Patino de la Cultura del Encuentro de la Universidad Pontifica Comillas, Agustín Blanco, comentó que “la pobreza se intensifica, y las personas y hogares más pobres ven agravada su situación, mientras que otros que estaban en los umbrales de la pobreza antes de la pandemia pasan a empeorar su situación”.

En materia de empleo, el trabajo incide en que “existen importantes niveles de desempleo en determinados colectivos, como jóvenes, mujeres, personas con discapacidad y mayores de 45 años”, resaltándose la situación de la tercera edad y de los hogares unipersonales, que crecen entre la población mayor. Prueba de ello es que más del 42% de las mujeres de más de 85 años viven sola, mientras que sólo el 21% de los hombres lo hace.

A su vez, el uso de tecnología entre los jóvenes ha aumentado, lo que ha influido en sus relaciones sociales, como lo pone de manifiesto que el 80% de ellos cree que las relaciones por Internet generan más confianza que las que tienen lugar cara a cara, a pesar de que el 75% reconoce que su uso favorece que las personas se aíslen de los demás, pasando más tiempo con las pantallas que con sus allegados.

El trabajo destaca que el cierre de los centros educativos provocado por la pandemia ha sido negativo para los jóvenes, “pero de menor intensidad de lo que se podría haber esperado y muy concentrado en el principio del confinamiento”.

Sobre los docentes, señala que el impacto de la pandemia ha recaído en su bienestar emocional, si bien el 50% de los españoles ha mejorado su opinión sobre su labor.

Por su parte, el informe subraya que “el sistema sanitario español ha respondido razonablemente bien a la pandemia, gracias sobre todo a la fortaleza de carácter, vocación y excelente capacitación técnica de todos los profesionales de la salud”.

También resalta que la crisis sanitaria provocada por la pandemia “ha puesto de relieve la necesidad de refundar la atención primaria, prestar mayor atención a nuevas profesiones y al papel de la enfermería, desarrollar la especialidad de medicina preventiva y salud pública y, sobre todo, impulsar la formación continua, poner fin a la temporalidad de los profesionales sanitarios y su consiguiente precariedad laboral”.

Por último, el trabajo manifiesta la conveniencia de reconvertir la residencia de ancianos tradicionales en unidades de convivencia y de crear organismos administrativos mixtos que presten servicios al Estado y a las comunidades autónomas.