Ampliación

PSOE. Rubalcaba exhibe “capacidad y solvencia” para recuperar la mayoría sin dar “ni un paso atrás”

- Levanta al auditorio al retar al PP a revisar los acuerdos con el Vaticano si persiste en su “retroceso de treinta años” en derechos

- Aboga por recuperar todas las siglas del PSOE y cambiar lo necesario para que “siga siendo” el partido vertebrador de España y del bienestar

SEVILLA
SERVIMEDIA

Alfredo Pérez Rubalcaba expuso este sábado ante el 38 Congreso Federal del PSOE su proyecto para la Secretaría General exhibiendo “capacidad y solvencia” para recuperar el respaldo mayoritario de los ciudadanos y prometiendo al partido no dar “ni un paso atrás” en ese objetivo.

En virtud de un sorteo de la Comisión Electoral una vez proclamados los dos candidatos, Rubalcaba fue el primero en intervenir ante el plenario y Carme Chacón fue la encargada de cerrar la sesión para dar paso después al voto individual y secreto de los 956 delegados con derecho a voto.

Su discurso, más largo de los 45 minutos establecidos inicialmente, comenzó con un mensaje emotivo para dejar claro que quiere al PSOE “con todas mis fuerzas”, que está dispuesto como siempre a darlo “todo” y que al orgullo de “mirar atrás” se suma “entusiasmo y alegría” si piensa en lo que el partido puede seguir haciendo en el futuro.

Fue un discurso sereno, serio, con una única “broma” al inicio al asegurar que Chacón y él han hecho una campaña “intensa” en la que han dado “ejemplo de respeto y elegancia”. “Ella ha dicho unas cuarenta veces que yo soy el pasado y yo unas sesenta que tengo más experiencia, pero... respeto y elegancia” y demostración de “madurez y comportamiento exquisitamente democrático” por parte de todo el partido.

Esa fue la única mención que hizo a su contrincante antes de exhibir cualidades que podían entenderse fácilmente como contraposiciones a las carencias que algunos achacan al proyecto de Chacón.

El PSOE perdió las elecciones porque muchos no creyeron sus propuestas o porque pensaban que eran “las mismas” que las del PP. “Recuperar la confianza es la esencia de lo que tenemos por delante, y sólo puede recuperarla quien muestre capacidad y solvencia para salir de la crisis, para crear empleo, para defender los intereses generales del conjunto de los españoles”.

No es momento de liderazgos “personalistas”, “salvadores” ni de líderes “carismáticos”, sino de una dirección colectiva para “rearmarnos ideológicamente”, para actualizar la organización y para recuperar los gobiernos, y se comprometió para ello a emplear “muchas veces el nosotros, y muy pocas veces el yo”.

Pero liderazgo colectivo, advirtió, “no significa liderazgo débil”. “Una cosa es estar débil y otra bien distinta es ser débil. Nuestro partido es fuerte, yo lo seré, a mí no me van a quebrar, seré un líder socialista fuerte, por vosotros, pero sobre todo por millones de ciudadanos que nos apoyan, por lo que hemos sido, por lo que somos y por lo que vamos a ser, a mí no me van a hacer dar un solo paso atrás”.

Frente a quienes le acusan de ello, conjuró el “sectarismo”. “No soy sectario ni con quienes son sectarios”, y si alguien está diciendo que su voto comportará o no la entrada en un órgano de dirección, “seguro que no lo hace en mi nombre”. “No habrá rubalcabismo en el PSOE, no reconoceré otro carné que el del partido” y todo lo que ocurra dentro del partido se podrá contar fuera o, de lo contrario, “sencillamente no puede ocurrir”.

Si el discurso de Rubalcaba tuvo un momento álgido fue cuando llamó a defender “a toda costa” los derechos sociales y civiles frente al “retroceso de treinta años” impuesto por el Gobierno en apenas un mes, y amenazó con responder revisando los acuerdos con el Vaticano.

Si cada vez que el PP gana las elecciones “reconsidera” las leyes consensuadas para regular derechos y libertades, “tendremos que considerar también algunas de las normas con las que iniciamos la transición. Si siguen retrocediendo, el PSOE se planteará seriamente el acuerdo con la Santa Sede” en respuesta a lo que no es sólo un ajuste económico sino “ideológico”, denunció.

CONTRA LA "SEGUNDA TRANSICIÓN"

La oposición debe ser, en su opinión, “útil e inteligente”, acordar cuando se considere adecuado el camino, discrepar cuando no sea así, “y confrontar” cuando se vulnere lo construido entre todos, “y estamos ante esa situación”, ante la necesidad de “luchar” contra “una derecha heredera de aquella segunda transición con la que nos amenazó el señor Aznar”.

Rubalcaba se declaró heredero, como el resto del partido, de la trayectoria del PSOE, “administradores de un legado” de gobiernos que han transformado la sociedad y del compromiso con la igualdad impulsado por José Luis Rodríguez Zapatero, del que elogió también el “valor y el coraje para acabar con el terrorismo”.

Zapatero no estaba en el plenario ya que se retiró del congreso al ver aprobado el informe de su gestión y dejar formalmente de ser secretario general, pero Rubalcaba ilustró lo “duro” de esa lucha contra ETA al desvelar que sólo le ha visto llorar una vez, “al minuto siguiente a que ETA declarara el fin de la violencia en España”.

“Este partido le tiene que dar las gracias”, sentenció, porque en cuatro años su oposición “útil e inteligente” condujo al partido de la derrota del 2000 a la victoria de 2004, y porque cuando gobernó puso los intereses de los ciudadanos por encima de los del partido, y esa “lealtad a España”, aseguró, es “el mejor legado” sobre el que el PSOE debe construir su futuro.

Rubalcaba agradeció a los socialistas andaluces la acogida en el Congreso en Sevilla, “la capital del socialismo”, en los que expresó plena confianza además de respaldo total de todo el partido para ganar las próximas elecciones autonómicas demostrando que se puede luchar contra la crisis sin recortes de derechos y frenando a los “caciques del siglo XXI”.

En esas elecciones se dirime “la solvencia de Pepe (Griñán) o la inconsistencia de Arenas”, y sea cual sea el resultado del Congreso del PSOE, aseguró, desde el mismo lunes “seré el primer activista por la victoria”, también en Asturias, donde la derecha, denunció, ha puesto “sus amores, y sobre sus odios” por encima de los intereses de los ciudadanos.

Consciente del momento de dificultad que atraviesa el PSOE y que aún tiene que gestionar, llamó a los suyos a saber “salir” de la política y no sólo llegar, a no olvidar nunca para qué fueron elegidos, y a ejercer la austeridad individual y colectiva porque “si no vives como piensas, acabas pensando como vives”.

Su proyecto de “cambio con contenido” pasa por definir una alternativa reconocible que sea “relevante” en el debate sobre cómo salir de la crisis y en el combate al “gigantesco fraude” perpetrado por el PP, al que acusó de haber abandonado el gobierno “mintiendo” y haber llegado de nuevo “mintiendo” a los ciudadanos.

Hay que decir, proclamó, que la sanidad y educación públicas son “intocables”, que hay que revisar el calendario del ajuste, garantizar eurobonos, imponer una tasa a las transacciones financieras, advertir al Gobierno de que “a un anémico no se le cura metiéndole un plan de adelgazamiento” y que el PSOE no tolerará que la reducción del déficit se haga a costa del estado del bienestar.

"SIN RADICALISMO VERBAL"

Después de que Emilio Botín acusara a los políticos de haberse equivocado en la gestión de la crisis, Rubalcaba le dio la razón y reconoció que cometieron el error de “no meter mano a los especuladores y banqueros que estaban especulando con nuestros ahorros” y defender la política por encima de los mercados.

La confianza de los ciudadanos y también de los mercados, proclamó, no se recuperará “con ejercicios de radicalismo verbal” sino demostrando que la ambición social es compatible con la capacidad para garantizar el crecimiento económico y la creación de empleo.

En clave interna, Rubalcaba abogó por “restablecer la unidad y la coherencia de nuestro discurso político” que siempre fue atributo de los socialistas y que “lo hemos perdido o, por ser más suaves, se ha difuminado”. El PSOE tiene que volver a ser el partido “que vertebra a España”, “somos el Partido Socialista Obrero Español y a ninguna de las cuatro cosas tenemos que renunciar”.

Se comprometió a “recuperar el liderazgo” de la Comisión Ejecutiva para que esté en consonancia con los territorios pero sea capaz de fijar posiciones comunes para todos los socialistas. Las federaciones tienen que ganar “más fuerza, más peso”, pero, advirtió, “no podemos traspasar nunca la línea que separa a un partido federal de una confederación de partidos”.

Si es secretario general, aseguró, hablará “con todos” para hacer la Ejecutiva, en ella habrá personas “de todas las federaciones y de todas las edades”, pero no estarán en la dirección para defender sus territorios o sus generaciones, sino que serán “un equipo único, unido, fuerte y reconocible del Partido Socialista Obrero Español”.

Se comprometió también a asumir las peticiones de los alcaldes y que el poder municipal se siente en el Consejo Territorial, a seguir avanzando hacia un partido “más feminista” cuyo camino lo trazó ya el fundador, Pablo Iglesias, y hacerlo “más permeable, más transparente” para ser así “un instrumento más eficaz”.

Eso pasa por definir al militante en la red, por abrir a los simpatizantes las primarias para elegir candidatos, y por discutir también si los militantes eligen al secretario general o se sigue haciendo como ahora, por delegados en congreso. Es partidario de dar “más peso” a los afiliados, pero estudiando “distintas fórmulas” y en todo caso perfilando los detalles en una conferencia de Organzación antes del verano.

Todo ello, advirtió, sin dejar de ser “un partido de mayorías y con vocación de Gobierno”, con capacidad de representar a los “excluidos” pero sobre todo a las clases medias, y preservando sus señas de identidad, haciendo “lo que hay que hacer, cambiar el PSOE para que siga siendo el PSOE”.

(SERVIMEDIA)
04 Feb 2012
CLC