Zapatero expuso ante el plenario del 38 Congreso Federal su informe de gestión, en un discurso de poco más de una hora al que seguía el debate a puerta cerrada por parte de los casi mil delegados.

En la última parte de su intervención, sereno aunque visiblemente emocionado, recordó los compromisos adquiridos cuando fue elegido secretario general, en el 35 congreso, entre ellos dirigir el partido "con diálogo y tolerancia" bajo el principio de contar con todos porque "nadie sobra".

"Así lo he procurado", aseguró. Rechazó a continuación enumerar la lista de agradecimientos y reconocimientos, y se centró sólo en una persona, por lo que "simboliza" y porque "puede ser útil para el tiempo que tenemos por delante".

Con José Bono sentado en el plenario, Zapatero recordó que ganó aquel congreso frente a él, y de aquello lo más importante es que a partir de ahí entre ambos construyeron "una lealtad, una amistad y un afecto de los que me honro".

Sin mencionar a ninguno de los precandidatos que disputan esta vez la Secretaría General, aseguró que esa amistad entre él y Bono "simboliza para mí políticamente este partido".

"Es importante ganar, saber ganar, perder, saber perder", pero mucho más "la amistad, los afectos, la capacidad de construir juntos, de hacer muchas cosas juntos, y de saber que nos une ante todo el respeto a la historia de este partido, del PSOE, el respeto que todos debemos a la historia de este más que centenario partido".

Explicó que después de haber pedido "muchas cosas" al partido en estos once años y medio, dudaba si tenía "derecho" a pedir algo más o sólo la "obligación" de ponerse a disposción del partido "para ayudar en lo que modestamente pueda".

Finalmente formuló esa petición, "que a quien mañana salga elegido secretario general, le den al menos el mismo apoyo que a mí me han dado".

Eso, explicó, fue determinante para las victorias electorales que llegaron después del 35 congreso. "Sé que sois capaces de hacerlo y de hacerlo como se hacen las cosas en esta casa", libre y democráticamente", añadió.

"Cada delegado sabe y sabrá lo que tiene que hacer, pero lo más importante", insistió, es que al día siguente todo el partido esté detrás de su líder.

Es como una cordada en la ascensión de una cumbre, explicó, el que va primero y lleva a todos detrás es el que primero pisa la cumbre, "pero si hay una tormenta o un alud, también es el primero". "Se lo merece el partido y, ante todo, lo necesita España", concluyó.