En declaraciones a LaSexta recogidas por Servimedia explicó que ya “hay muchas empresas, sobre todo las grandes, que están muy por debajo de ese porcentaje y, además, cada sector productivo tiene unas determinadas características”.

“Hay distintas opciones. Yo creo que tenemos que irlas analizando con la cabeza fría y pensando cuál es el objetivo que tenemos”, indicó dejando en todo caso abierto al en el seno del diálogo social sobre la manera de atajar el problema de la temporalidad.

Calviño pidió además evitar centrarse “en un debate concreto sobre un tema u otro” porque, al final, “lo que vamos a tener es que llegar a un acuerdo equilibrado del paquete completo, que son temporalidad, tipos de contrato”, la regulación de las subcontratas”, el tema del reequilibrio de la negociación colectiva o el nuevo mecanismo de ERTES “para proporcionar una flexibilidad interna a las empresas que no pase ni por la temporalidad ni por los despidos masivos”.

La vicepresidenta económica expuso que será un cambio muy importante sobre cómo funciona el mercado de trabajo, aunque “merece la pena el esfuerzo para que este ciclo económico que ahora empieza sea el ciclo de la prosperidad y de la creación de empleo”.

Calviño recordó que la reforma laboral tiene que está cerrada al “final del año”, confiada en que no se repitan los desencuentros de la última medida pactada en materia de pensiones y tanto empresarios como sindicatos lleguen esta vez a un acuerdo junto con el Gobierno.

Al ser cuestionada precisamente por esa negativa de los empresarios a firmar la última medida en pensiones y sus advertencias sobre que el acuerdo es un parche que perjudicará el empleo, la ministra mostró su sorpresa: “Me sorprende porque yo creo que ellos saben perfectamente que esto es lo que hay que hacer en este momento y que un Gobierno responsable tiene que tomar las medidas para proteger las pensiones ahora y también en el futuro”.

Añadió que los empresarios “también saben perfectamente que la reforma del PP, ese mecanismo de estabilidad de las pensiones, en realidad suponía una devaluación y una bajada de las pensiones en los próximos años y, sobre todo, un deterioro importante de las pensiones para las generaciones más jóvenes”. Así aseguró que lo que se está haciendo ahora es “no solo justo desde un punto de vista intergeneracional, sino además responsable para tener un sistema de pensiones fuerte a medio y largo plazo”.

REFORMA DE PENSIONES

Calviño no quiso entrar a evaluar si será suficiente o no, indicando que “lo importante es que, cuanto antes, empecemos a rellenar esa hucha de las pensiones que lamentablemente se ha agotado en esta última década y hemos pasado de unos 60.000 millones a una cantidad muy, muy pequeña, unos 2.000 millones actualmente”.

“Si queremos ser prudentes para el futuro, y yo creo que eso lo entienden todos los ciudadanos, lo que tenemos que hacer es rellenar de nuevo esa hucha de las pensiones y tener un colchón que nos permita, si en el futuro hay necesidad, pues seguir manteniendo unas pensiones dignas cuando se jubilan las generaciones del futuro”, indicó.

Al ser cuestionada sobre si a Bruselas le gustará o no que el último acuerdo sobre pensiones se haya cerrado sin el apoyo de los empresarios, se limitó a señalar que “a todos nos hubiera gustado que hubiera habido un acuerdo con los sindicatos y con los empresarios”. “Yo lamento que la CEOE en este momento no haya visto con claridad que tenía que sumarse a apoyar una medida que es responsable y que además es justa de cara al futuro y, sobre todo, pensando en las generaciones más jóvenes”, agregó, confiada en que “de aquí a final de año, si se sumen al resto de los de las negociaciones porque es mucho lo que nos jugamos”.

Una de las cuestiones pendientes y también en materia de pensiones es precisamente la posibilidad de aumentar el periodo de cálculo como se ha recogido en el Plan de Recuperación enviado a Bruselas.

Calviño expuso que el próximo año se seguirán las “indicaciones” del Pacto de Toledo, que pedido “reflexionar sobre si el sistema de cotización se corresponde con las carreras profesionales actuales” en la medida de que ya no hay carreras lineales y en los últimos años puede ganarse menos que en ejercicios previos.

“Por eso tenemos que reflexionar para ver cómo podemos garantizar que la atención responde verdaderamente a la carrera profesional de las personas”, concedió, pero dejando ver que está todo abierto. “Habrá que ver si hay que hacer un número de años diferente y, por ejemplo, excluyendo los peores años de cotización. Hay distintas opciones y lo vamos a abordar con el diálogo social tranquilamente”, zanjó, asegurando que “no hay una decisión tomada sobre qué es lo que se va a hacer” o qué cambiar.