En rueda de prensa telemática, Rego juzgó “un mal acuerdo” el que ha deparado la cumbre, porque “se empezaba en un acuerdo de mínimos que se ha rebajado considerablemente” pues “mantiene la dependencia de los combustibles fósiles”. Constató que desde 1995 se han sucedido 26 cumbres mientras aumentan las emisiones y se incumplen los compromisos adquiridos, por lo que desde su punto de vista “es evidente que no están surtiendo efecto”.

Lo atribuyó a que los países del sur, los menos contaminantes pero los más afectados por el calentamiento global, “son los que menos representación tienen”, y a que al final estas cumbres “sirven para dar un barniz verde a las grandes multinacionales, principales responsables” del mismo pero que “financian estas cumbres para venderse como empresas sostenibles” cuando “sus balances económicos siguen dependiendo de los combustibles fósiles”.

Rego, por lo tanto, señaló que estamos ante “un modelo de desarrollo económico que hay que resolver”, porque “es inapelable debatir cómo se crece” y establecer “un nuevo modelo de relaciones económicas”. Según concluyó, “esta reflexión es inaplazable si queremos frenar el cambio climático”.