Así lo señaló durante su intervención en la jornada ‘Fondos Europeos para la transformación: diseñando una estrategia país’, organizada por El País, en la que subrayó que “todo el tejido productivo español tiene capacidad de tracción, absorción y de transformación”. “Tenemos bases para afirmar esto con firmeza”, agregó.

“Tengo confianza porque la sociedad española lleva 35 años ejecutando fondos europeos, en algunas ocasiones de enorme transcendencia”, aseguró el consejero delegado de la compañía petroquímica, que dichos fondos han sido ejecutados con eficiencia y “con efecto transformador”.

En este sentido, Imaz también apuntó que España cuenta con empresas grandes “que pueden ser tractoras”, y con un gran número de empresas pequeñas y medianas que pueden actuar “como clúster”, haciendo que los fondos lleguen a todo el tejido productivo.

Asimismo, el consejero delegado de Repsol indicó que los fondos “tienen que ayudar a transformar la industria y la economía” para tener “una reindustrialización de una industria que tiene que ser más digital y más sostenible”.

“NEUTRALIDAD TECNOLÓGICA”

Así, en lo referente a la sostenibilidad y la transición energética, el dirigente de la compañía petroquímica insistió en la necesidad de realizar las inversiones necesarias con “neutralidad tecnológica”, de forma que no se prime a un sector energético sobre otro.

“Tenemos que tener mucha humildad tecnológica”, declaró Imaz, que advirtió que “no sabemos cómo va a ser la tecnología en 5, 10, 15 o 20 años”, y que “la soberbia es una mala consejera”, por lo que “la neutralidad tecnológica” es “la forma de que todas las tecnologías compitan”.

En este sentido, afirmó que “los lobbies eléctricos insisten mucho en que descarbonización y electrificación son sinónimos” cuando “eso no es cierto”, asegurando que “la electrificación es una parte”, pero que hay sectores que “no son electrificables”, además de añadir que el sector eléctrico conlleva un gran uso de minerales y de baterías.

REPSOL

En cuanto a Repsol, Imaz destacó que “tiene una capacidad elevada de ejecución de grandes proyectos” así como “toda una pléyade de empresas con las que colaboramos, con las que traccionamos en todo el tejido productivo”.

Además, resaltó la importancia de que la empresa energética tenga su actividad en áreas “en las que se conjugan” las principales necesidades de transformación de la economía, como la descarbonización, con su “capacidad para liderar la transición al hidrógeno”, o “la capacidad de traccionar otro área como es la economía circular”, mediante el reciclaje de aceites, grasas animales, transformación de biomasa, y, con estas actividad “articular la España olvidada”.