Ciencia

Las aves introducidas en islas no cubren los roles de biodiversidad de las extintas por humanos

MADRID
SERVIMEDIA

Las extinciones de aves causadas por el ser humano impulsan pérdidas de diversidad funcional en las islas de todo el mundo y los vacíos que dejan atrás no están siendo llenados por especies introducidas o exóticas.

Así se explica en un nuevo estudio dirigido por investigadores de la University College de Londres (Reino Unido) y la Universidad de Gotemburgo (Suecia), y publicado este miércoles en la revista ‘Science Advances’.

El trabajo muestra que impactos humanos como la destrucción del hábitat y el cambio climático están empobreciendo los ecosistemas incluso en islas donde las aves exóticas superan en número a las que se han extinguido.

"Los humanos han cambiado drásticamente las comunidades de aves no sólo al llevar a los animales a la extinción, sino también al introducir especies en nuevos hábitats en todo el mundo. Ha habido cierto debate sobre si las especies introducidas podrían reemplazar las funciones de las especies extintas, manteniendo así la diversidad funcional dentro del ecosistema; aquí, descubrimos que desafortunadamente no es el caso”, resume Ferran Sayol, del Centro de Investigación de Biodiversidad y Medio Ambiente de la University College de Londres, y que comenzó la investigación mientras estaba en la Universidad de Gotemburgo.

Sayol apunta que “algunas de las especies extintas tuvieron un papel en su ecosistema que no ha sido reemplazado por otras aves”. Por ejemplo, algunas especies gigantes no voladoras, como los moas de Nueva Zelanda y las aves elefante de Madagascar, probablemente actuaban como grandes herbívoros terrestres similares a ungulados como el ganado vacuno y ovino en los continentes, antes de ser extinguidos por los humanos.

"Otras funciones valiosas que pueden perderse con la extinción de aves pueden incluir la polinización y la dispersión de semillas, que pueden tener efectos nocivos en cascada en otras especies", apostilla Sayol.

NUEVE ARCHIPIÉLAGOS

Para realizar el estudio, los investigadores compilaron una lista exhaustiva de todas las especies de aves que han estado presentes en nueve archipiélagos diferentes antes y después de que ocurrieron las extinciones causadas por el hombre (Bermudas, Canarias, Cuba y Jamaica, Hawái, Madagascar, islas Mascareñas, Nueva Caledonia, Nueva Zelanda y Santa Elena).

Así, analizaron 1.302 especies de aves -incluidas 265 extintas en el ámbito mundial o local- y 355 introducciones en 143 especies separadas.

Además, los científicos visitaron diferentes colecciones museísticas para medir varios rasgos morfológicos en especímenes de piel o esqueleto. Con estos datos, pudieron cuantificar la diversidad de rasgos antes y después de las extinciones de aves e identificar los nichos ecológicos de aves extintas.

Los investigadores descubrieron que, antes de la llegada humana, las comunidades de aves isleñas eran más diversas morfológicamente de lo que son hoy.

Así, las extinciones impulsadas por el hombre han afectado desproporcionadamente a algunos tipos de aves (por ejemplo, las más grandes y las no voladoras tienen más probabilidades de extinguirse), lo que lleva a la pérdida de ciertos roles ecológicos.

También encontraron que los diferentes archipiélagos se están volviendo cada vez más similares en términos de diversidad de rasgos a medida que se extinguen las aves nativas y se va estableciendo el mismo tipo de especies exóticas en muchos lugares.

"Algunos grupos de aves han sido particularmente exitosos en el establecimiento fuera de sus áreas naturales, por ejemplo, muchas especies de loros y estorninos. Debido a esto, las islas se están volviendo más homogéneas a medida que el mismo tipo de aves se establecen en todas partes", recalca Tim Blackburn, del Centro de Investigación de Biodiversidad y Medio Ambiente de la University College de Londres.

Alex Pigot, también de ese centro de la University College de Londres, indica que estos hallazgos se suman a “la evidencia de que los esfuerzos de conservación deben centrarse en preservar especies amenazadas funcionalmente distintas, para detener la marea de pérdidas dañinas para la biodiversidad que son impulsadas por las acciones humanas”.

“Un gran número de especies están siendo llevadas a la extinción por efectos impulsados por el hombre, como la pérdida de hábitat y el cambio climático, por lo que es vital que actuemos ahora para reducir nuestro impacto negativo en la biodiversidad mundial", concluye.

(SERVIMEDIA)
10 Nov 2021
MGR/clc