Según informó la Fundación Repsol, la iniciativa de este año engloba dos puntos de acción: el primero en Lima, para ayudar a la lucha contra la tuberculosis, y el segundo para colaborar en la recuperación de la zona del Pacífico devastada por un terremoto en 2007.

En el Cerro de San Cosme, uno de los barrios más necesitados de la capital peruana, en el que viven 20.000 habitantes en apenas tres kilómetros cuadrados, tendrá lugar la primera acción.

En su Centro de Salud la caravana hará entrega de aparatos para conservar las vacunas contra la tuberculosis, entre otras cosas un esterilizador del material quirúrgico que se utiliza para tratar a los pacientes. El índice de tuberculosis en esta zona es uno de los más altos del mundo.

La segunda acción se repartirá en tres diferentes hospitales de Chincha, Cañete y Pisco, localidades situadas en la costa afectada por un terremoto en 2007, que según previsiones del propio Gobierno peruano aún tardará 20 años en recuperar la normalidad.

La caravana llevará allí esterilizadoras, un dopler fetal, un pantoscopio y otros aparatos médicos. Todos son nuevos y el reparto contempla su instalación y mantenimiento por cinco años.