Según Unicef, once niños fueron asesinados o mutilados en Marib solo el mes pasado, y ocho han muerto o resultado heridos solo en la última semana. Estos son solo los incidentes que Naciones Unidas ha podido verificar, por lo que es probable que la cifra real sea mucho más alta.

“Cada vez que estalla el conflicto en Yemen y aumenta la violencia, los niños son los que pagan el precio más alto”, denunció la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore.

Los ataques contra civiles, incluidos niños, violan el Derecho Internacional Humanitario. Por eso, Unicef hizo un llamamiento a las partes en conflicto para proteger a los civiles, priorizar la seguridad y bienestar de los niños y detener los ataques contra la infraestructura civil y en zonas densamente pobladas.

Esta última escalada de violencia agrava una situación ya desesperada para los niños y sus familias. Se estima que en Yemen 1,7 millones de niños son desplazados internos, más de 2 millones están fuera de la escuela, cerca de 2,3 millones menores de cinco años sufren desnutrición aguda, y alrededor de 8,5 millones no tienen acceso a agua segura, saneamiento o higiene.