200.000 PEREGRINOS ASISTIERON A LA MISA DE ACCION DE GRACIAS CELEBRADA EN ROMA POR EL PRELADO DEL OPUS DEI

- Al término de la ceremonia, el Papa ofreció una audiencia a los fieles y recorrió en su vehículo la Plaza de San Pedro

ROMA
SERVIMEDIA

En presencia de unos 200.000 fieles congregados en la plaza de San Pedro y calles aledañas, el prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría, presidió hoy la celebración eucarística de acción de gracias por la canonizacin de San Josemaría Escrivá de Balaguer.

En su homilía, el prelado de la Obra subrayó la esencia del mensaje del nuevo santo: la llamada universal a la santidad personal en el trabajo y en los acontecimientos de la vida diaria.

"El siglo XX", dijo monseñor Echevarría, "ha sido testigo del redescubrimiento de esa llamada universal, que estaba contenida en el Evangelio desde el principio y de la que San Josemaría Escrivá fue constituido heraldo por la vocación personal recibida".

En este contexo, glosó el significado de la trilogía más difundida de la espiritualidad del Opus Dei: santificar el trabajo, santificarse con el trabajo y santificar a los demás con el trabajo: "Este es el núcleo del mensaje que Dios confió al santo para recordarlo a los cristianos. El empeño por alcanzar la santidad se halla inseparablemente unido a la santificación de la propia tarea profesional, realizada con perfección humana, rectitud de intención y espíritu de servicio".

AUDIENCIA DEL PAPA

Al término de la eremonia, el papa Juan Pablo II salió de la basílica de San Pedro para ofrecer una audiencia a los presentes, que le acogieron con aplausos a lo largo de todo el recorrido que realizó en su automóvil descubierto tanto por la Plaza de San Pedro como por la de San Pío X y la Vía de la Conciliación, en buena parte ocupada por los peregrinos.

Monseñor Echevarría dirigió al Papa unas palabras de gratitud por la canonización del fundador del Opus Dei y Juan Pablo II contestó con un breve discurso en varios diomas, en el que afirmó que San Josemaría Escrivá es el santo de lo ordinario, que estaba convencido de que todo lo que se vive desde la óptica de la fe ofrece una ocasión de encontrar a Cristo.

"Todos los que lo trataron, lo sintieron como padre entregado totalmente al servicio de los demás, porque estaba convencido de que cada alma es un tesoro maravilloso. En efecto, cada hombre vale toda la sangre de Cristo", dijo el Papa.

Finalmente, el Santo Padre, acompañado de monseñor Javier Echevarría,agradeció a los peregrinos su asistencia a los actos de canonización, especialmente a los llegados de los rincones más alejados del mundo, y recibió en el atrio de San Pedro a numerosos representantes de grupos de toda clase, raza y condición.

Al término de la audiencia, el Papa recibió a Su Beatitud Teoctist, patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rumana que esta misma mañana llegó en visita oficial a Roma.

(SERVIMEDIA)
07 Oct 2002
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