Así lo defendió durante su intervención en el acto de clausura del 7º Foro Global del Pacto de Política Alimentaria Urbana de Milán, donde reflexionó sobre el papel de liderazgo que están desarrollando las ciudades en el cambio sobre las dietas y los sistemas alimentarios y valoró el “compromiso claro” de los gobiernos locales que trabajan en políticas municipales para reducir la huella de carbono en sus sistemas alimentarios y que suponen, según la Comisión Europea, el 40% del impacto total provocado por el consumo en la UE.

Garzón pidió a los alcaldes “ir de la mano” junto a gobiernos regionales y estatales para afrontar la crisis climática porque, dijo, “tenemos la obligación de unirnos en promover modelos de producción y de consumo que se ajusten a los límites planetarios”.

En este punto, afirmó que el Gobierno “recoge el guante” lanzado por las ciudades y trasmitirá a la COP26 la importancia de que los sistemas alimentarios tengan como eje trasversal la lucha contra el cambio climático, consciente de que existe “una conciencia y una intención para la transformación ecosocial y es hora de pasar a la acción”.

El titular de Consumo destacó que entre las prioridades del Ejecutivo están reclamar y recuperar los bienes comunes, impulsar la agricultura ecológica y de cercanía, instaurar nuevos marcos regulatorios y fiscales y asegurar el derecho a una alimentación saludable y sostenible.

“Es necesaria una visión global que supere la visión mecanicista de la agricultura” que está provocando que “se produzcan más alimentos baratos que nunca antes pero que su acceso y distribución genera profundas desigualdades sociales y ecológicas”, concluyó Garzón.

El encuentro en el que ha participado el ministro, que se celebra en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona, reúne en la Ciudad Condal a más de 500 técnicos y responsables políticos de ciudades de todo el mundo, en el marco de la capitalidad de Barcelona 2021 en Alimentación Sostenible.