Según informó este jueves la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil, los detenidos, de nacionalidad georgiana, cometieron sus últimos delitos en Valladolid, Ávila, Segovia, Burgos, Palencia, Toledo y Madrid.

Aunque por el momento se les imputan 32 hechos delictivos de este tipo, se estima que podrían haber cometido más robos, ya que actuaban en todo el territorio nacional.

Las detenciones se realizaron a primeros de noviembre y se les intervinieron los efectos sustraídos en diversos robos perpetrados en la Comunidad de Castilla y León.

Ocho personas fueron arrestadas en Madrid y otra en Burgos. Además, se han practicado siete registros en los que se han recuperado piezas de joyería, 40 relojes, 15 ordenadores portátiles, seis GPS, perfumes de primeras marcas, 2.000 dólares y 12.000 euros en efectivo.

Asimismo, se ha recuperado una gran cantidad de objetos para la comisión de los hurtos, como palanquetas, destornilladores, guantes, tres armas detonadoras y pasamontañas.

Los agentes comprobaron que los detenidos cometían sus robos en grupos de tres personas y en viviendas que se encontraban vacías, de lo que se aseguraban con una llamada al portero automático o realizando sus delitos durante la mañana.

Mientras un miembro del grupo forzaba la puerta de entrada extrayendo el bombín de la cerradura, moviendo el resbalón con una radiografía o mediante una palanqueta, otras dos personas vigilaban las escaleras y la puerta de acceso a la finca.

Los detenidos, que enviaban a Georgia el dinero obtenido con la venta de los efectos sustraídos, intentaban cometer varios robos en lugares distanciados de una misma ciudad, llegando a forzar hasta cinco viviendas en una mañana.