Rubalcaba lanzó ese compromiso en una rueda de prensa conjunta con el secretario general de UGT, Cándido Méndez, después de una reunión de sendas delegaciones del partido y del sindicato, a petición del PSOE, para intercambiar reflexiones y diagnóstico sobre la situación económica, laboral y social de España y de la Unión Europea.

La propuesta de Rubalcaba, según explicó él mismo, implicaría que las comunidades autónomas gastaran 4.500 millones de euros más en esas partidas sociales, cantidad que deberían restar de otras políticas sobre las que tienen competencia, porque el Estado no incrementaría el total de recursos.

Habría que hacerlo modificando la Ley Orgánica de Financiación Autonómica (Lofca) de forma inmediata sin esperar a que concluya la vigencia del actual sistema porque, entiende el candidato, es sólo una revisión “parcial” que no afecta al conjunto del modelo.

Rubalcaba defendió que ese incremento de partidas para políticas sociales es necesario en el actual momento de crisis, y garantizaría una mayor “homogeneidad” de las prestaciones sociales básicas en todo el territorio, dado que ese techo no está fijado de forma expresa en la ley.

Hubo “sintonía más que apreciable”, dijo Rubalcaba, sobre lo que hay que hacer en Europa para superar la crisis, y que pasa sobre todo, en su opinión, por compatibilizar el ajuste del gasto con el impulso al crecimiento económico y la creación de empleo.

Méndez defendió que el BCE compre deuda para frenar los ataques especulativos, y que el fondo de estabilidad sea un “prestamista de última instancia” para que la deuda de los países del euro se financie a precios “razonables y no abusivos”.

Abogó también por “flexibilizar” los plazos de reducción del déficit para compatibilizarlo con la reactivación económica, una vez constatado que el mero ajuste "no ha funcionado” y debe ser el impulso inversor lo que genere la actividad necesaria para estabilizar las magnitudes macroeconómicas.

Esa “música suena” a lo que Rubalcaba está defendiendo en sus actos electorales, dijo el propio candidato. “No rechazamos el ajuste”, precisó, pero hay que “combinarlo” con la estimulación económica. “Hay que hacerlo, pero algo más despacio”.

Coindidió también con el líder sindical en que el BCE “tiene que actuar decididamente en defensa de la deuda” de los países del euro, con una actitud “más beligerante”, al estilo de la Reserva Federal de Estados Unidos, y en que los países más potentes, como Alemania, deben “tirar” del resto para impulsar la recuperación.

Méndez trasladó a Rubalcaba la demanda del sindicato para que el desarrollo de la reforma constitucional que limita el déficit y el endeudamiento de las administraciones no descuide la necesaria convergencia social de España con la UE, y el candidato reconoció que hay que “introducir algunas reflexiones” en ese desarrollo.

Rubalcaba lleva toda la campaña electoral explicando su programa y tratando además de desvelar lo que considera “ambigüedades” u omisiones en el programa del PP, y hoy trasladó al líder de UGT su preocupación por “cómo sucederían las cosas” en caso de que los ciudadanos dieran mayoritariamente su confianza a Mariano Rajoy.

En ese punto, Méndez coincidió en que algunos puntos del programa del PP necesitan “claridad y concreción”, por ejemplo a la hora de “cuadrar las cuentas” entre bajada de impuestos y mantenimiento de políticas sociales, y más en un momento de crisis que exige explicar con detalle a los ciudadanos las propuestas para superar las dificultades.

El sindicato decidió en su día no pedir públicamente el voto para ninguna opción política por respeto a la madurez del electorado, y Méndez precisó por ello que se limitarán a hacer un llamamiento a la participación para “fortalecer” la democracia en el actual momento de crisis.

Méndez expresó una visión “francamente pesimista” de la situación general en Europa y, por tanto, también en España, y se mostró “escéptico” ante la posibilidad de que los cambios de gobierno en Italia y Grecia sean un punto de inflexión, porque el problema “son las políticas”.

Si se mantienen las políticas “tan duras de ajuste”, advirtió, los problemas no sólo no se resolverán, sino que podrían agravarse en 2012 sin perspectiva de remontada incluso en el año siguiente.

Rubalcaba coincide también en que la situación es grave pero insiste en que fueron las medidas tomadas por el Gobierno en mayo del año pasado las que han permitido “que España esté fuera del foco de la tensión financiera”, a pesar de que las turbulencias en otros países, especialmente Grecia e Italia, “nos afectan como a los demás”, incluyendo a Francia u Holanda.

Pese a ello, reiteró, “estamos muy lejos” de la situación de Grecia, Portugal o Irlanda, y también de Italia, “y que conste que no me alegro de algunas de las cosas que están pasando”, no tanto de cambios de gobierno y cuestiones de política interna que no quiso valorar, sino de turbulencias sobre su deuda.