Cuando Rajoy llegó al recinto a las seis y media de la tarde (hora local), dos de las esquinas del pabellón estaban completamente vacías. De las 2.700 localidades preparadas por la organización, alrededor de 800 se quedaron vacías.

El director de Comunicación del PP de Canarias, Juan Santana, se subió al escenario a media hora del inicio del mitin y, micrófono en mano, pidió a un grupo de simpatizantes que se cambiaran de sitio para tapar algunos huecos que quedaban justo detrás del escenario.

"Es una cuestión de necesidad", llegó a decir dos veces seguidas al público para que la gente se moviera, ya que no era consciente que en las imágenes que el PP realiza para las televisiones podían verse esos huecos. Tras insistir varias veces, consiguió que varias filas se movieran hacia el centro con el fin de dar apariencia de lleno, al menos justo detrás del atril en el que tenía que hablar Mariano Rajoy.

Fuentes de la organización aseguraron a Servimedia que la hora del mitin (seis y media de la tarde) era muy mala para que la gente acudiese a la convocatoria, especialmente en un día con una temperatura superior a los 20 grados centígrados y un sol espléndido. De hecho, la Playa de las Canteras estaba repleta de gente a mediodía y por la tarde.

El pinchazo del PP en este mitin de Mariano Rajoy contrasta con el llenazo que consiguió el pasado mes de mayo durante la campaña de las elecciones autonómicas y municipales. En aquella ocasión, los populares escogieron el Auditorio Alfredo Krauss, que se quedó muy pequeño.

Tanto es así que el propio Rajoy fue recibido a las puertas del Auditorio por cientos de personas que no habían podido entrar. El líder del PP no se movió de allí hasta encontrar una solución. Para permitir que entraran los simpatizantes, obligó a que los cargos públicos del PP en Canarias se salieran de la sala y dejasen sus butacas al público. Esta vez, han sobrado unas 800 localidades.