Ese fue el mensaje central del mitin de apertura, celebrado en el pabellón Virgen del Vall de Alcalá de Henares, en Madrid, ante unas 2.000 personas y en el que participaron también su número dos en la lista al Congreso de los Diputados y coordinadora de la campaña, Elena Valenciano, y el secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez.

Antes de la medianoche, jóvenes socialistas fueron depositando en una gran urna votos simbólicos “por la igualdad”, “por mi futuro”, “por tu futuro”, “para que no me recorten la pensión” y también “por el trabajo”, y el propio candidato votó “pelea por lo que quieres”.

Se vio algún cartel en el que se podía leer “vota PSOE”, también en la urna, pero el candidato concluyó el mitin, que prolongó hasta casi las doce y media, sin pedir expresamente el voto.

En su intervención hubo menciones al ex presidente Felipe González y también a Rodríguez Zapatero, para asegurar que le imitará en cuanto a no dar “un paso atrás” en la defensa de la igualdad y de los derechos de las mujeres, incluido el de interrumpir voluntariamente su embarazo.

Las elecciones son “decisivas” porque está en juego lo construido en décadas, aseguró, y se comprometió por ello a “decir la verdad” a los ciudadanos durante la campaña, a exponer las cosas “como son, como las vemos, como las sentimos”, con la premisa de que dos semanas son “una eternidad” en política.

Hay que decir, explicó, que con ajuste sólo no se superará la crisis, que es necesario un esfuerzo para invertir, para que la economía “despierte” y se pueda crear empleo, y se comprometió por ello en abaratar la contratación, sobre todo la de mujeres, jóvenes y parados de larga duración.

También a crear un impuesto sobre las grandes fortunas y sobre los bancos, para que dediquen una parte de sus dividendos a crear empleo, y a subir los impuestos de tabaco y alcohol para que contribuyan a financiar la sanidad.

Abogó por desmentir durante la campaña la idea que intenta propagar el PP de que las dos últimas legislaturas han sido “una especie de mal sueño” que terminará con el cambio, porque “ni queremos ni debemos” volver al modelo de 1996, centrado en la burbuja inmobiliaria y en vender “las joyas de la corona”.

A quienes creen que sólo con la victoria del PP será suficiente para remontar, les dijo que Portugal está “peor” después del cambio de gobierno, no ha mejorado su economía pero sí ha sufrido recortes “drásticos”. Lo que tarda décadas en levantarse, advirtió, puede tardar “muy poco en derrumbarse”.