El presidente de la petrolera, Antonio Brufau, y el consejero delegado, Josu Jon Imaz, asistieron este miércoles al acto de firma del contrato de inversión con el primer ministro luso, António Costa, y el ministro de Estado, Economía y Transición Digital, Pedro Siza Vieira.

El Gobierno portugués ha considerado este proyecto de Potencial Interés Nacional (PIN), una calificación reservada para las inversiones que suponen una contribución significativa a la economía del país, y ha otorgado incentivos fiscales a la inversión por valor de hasta 63 millones de euros.

Esta inversión será la mayor de carácter industrial de los últimos 10 años en Portugal y contempla la construcción de dos nuevas plantas de materiales poliméricos destinados a la industria farmacéutica, automotriz y alimentaria.

Durante su intervención, Brufau destacó la importancia de esta inversión estratégica, tanto para Repsol como para Portugal, que se suma a otras realizadas por la compañía en el país, como la propia adquisición del complejo industrial de Sines −la mayor instalación petroquímica de Portugal−, en 2004 y también, ese mismo año, de una importante red de estaciones de servicio.

Repsol ha sido uno de los mayores inversores en Portugal en los últimos años, lo que ha permitido consolidar su posición en un país donde emplea directamente a 1.300 personas, cuenta con 150.000 clientes diarios y una cuota de mercado que, en algunos negocios, supera el 20%.

Durante la fase de construcción de las nuevas plantas de Sines se prevé la generación de una media de 550 empleos, con un máximo de más de 1.000 personas. Una vez en marcha, el aumento neto de personal será de unos 75 puestos directos y unos 300 indirectos.