A su llegada a la plaza de Sant Jaume, lugar en el que está la sede de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona, Sánchez fue recibido a pie de coche por el mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, con el que intercambió un breve salido. En el umbral del recinto del Palau de la Generalitat le esperaba Aragonès.

Juntos caminaron hacia el patio interior donde Sánchez saludó a la bandera catalana que precedía a la recepción de la parada de la Guardia de Honor de los Mossos d'Esquadra en el patio de carruajes.

Acto seguido, y mientras intercambiaban comentarios, ambos presidentes subieron por la escalinata hasta el paseo de la galería gótica del Palau, hacia el salón de Diputados del Palau -antigua Sala de la Verge de Montserrat-, enclave reservado para las grandes ocasiones y para recibir a altas autoridades.

Allí, ambos los presidentes del Gobierno central y de la Generalitat mantendrán una reunión que está previsto que dure entorno a una hora. Una vez acabe la reunión, los dos comparecerán ante los periodistas -primero Sánchez, después Aragonès-. A su término, se reunirán las dos delegaciones en la mesa de diálogo, bajo la coordinación del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, en la que Sánchez y Aragonès marcarán las directrices de trabajo.

Este recorrido, aunque con menos expectación y menos recreación por parte de los protagonistas, lo realizó Sánchez el 6 de febrero de 2020 cuando visitó el Palau para reunirse con el expresidente de la Generalitat, Quim Torra. Entonces fue el primer jefe del Ejecutivo central que visitaba la sede del gobierno catalán en trece años.

En el exterior, en la fachada del Palau a la plaza cuelga una pancarta que reclama libertad de expresión: "Llibertad d'Opinio i d'Expressio, article 19 de la declaracio universal dels drets humans”, donde colgó durante años la reclamación de “libertad y amnistía para los presos políticos”.