Señaló que también le preocupa que “puedan atrapar a los jóvenes en la tiranía del no saber, no conocer, no discernir y ser críticos de no poder así elegir en libertad, de depender de otros; en la tiranía de no responsabilizarnos de nuestros actos y decisiones, de no llevar las riendas de nuestras vidas a la tiranía de la frustración”.

Ayuso, que hizo estas declaraciones durante la inauguración del curso académico en la Universidad Carlos III de Madrid, criticó la nueva Ley de Universidades porque “busca consagrar la irresponsabilidad de los alumnos, al desvincular la concesión de una beca del esfuerzo en el estudio, olvidando así una vez más que donde no se premia el esfuerzo, se fomenta la desigualdad”.

Dijo que el Gobierno central con esta ley persigue “ser más permisivos con la falta de honestidad: copiar o el plagio, que alejan a los alumnos de ese afán de verdad y honestidad intelectual que llevan al saber”.

“Quiero dejar clara mi preocupación, y la intención de mi Gobierno de defender este legado universitario frente a la nueva Ley de Universidades que se anuncia. El saber solo puede lograrse en libertad, y en España, desde Cervantes, sabemos bien que la libertad es inseparable de la responsabilidad”.

Consideró “perverso el plan de aislar la universidad mientras se politiza, se infiltran ideologías, se favorecen endogamias y se entorpecen las vocaciones de profesores y alumnos”. “Es necesario que los profesores y los alumnos trabajen libres de ideologías, de trabas burocráticas, de veleidades políticas. Sólo si está abierta al exterior, como lo ha estado siempre Madrid, si puede acoger a los mejores, alcanzará el prestigio que todos buscamos”, manifestó.

SE MENOSCABA EL PAPEL DE LOS RECTORES

A su juicio, “se menoscaba el papel y el perfil de los rectores, se promueve la irresponsabilidad al ser más transigentes con los destrozos del patrimonio universitario, del mobiliario, y, lo que temo aún más: con la libertad de los demás alumnos y del personal docente, porque sospecho que la nueva ley quiere dar vía libre a la ocupación de los campus por parte de grupos extremistas, a la politización morbosa de la vida universitaria”.

“No hace mucho que presenciamos parodias de referendos contra las instituciones del Estado en los campus”, dijo Ayuso, quien consideró que “esta politización abre el camino a los violentos, a los que quieren convertir las universidades en sus propios guetos, como ya demostraron en su día algunos partidos que hoy gobiernan en coalición en España”.

Afirmó que “esta politización extrema se manifiesta también en el fomento del frentismo entre las universidades públicas y privadas, discriminando a estas o poniéndolas bajo sospecha. O cuando se quieren imponer nuevos dogmas ideológicos, que instrumentalizan a la mujer, a las minorías, o la preocupación ambiental, para minar la libertad de cátedra, extender el miedo y la censura”.