La nueva norma también impulsará la formación dual y la conexión con el mundo empresarial y universitario. De hecho, las empresas tendrán que contratar y formar a los estudiantes y se crearán pasarelas entre la FP y la educación universitaria.

Aunque la ministra Pilar Alegría defenderá la futura ley ante sus compañeros de Ejecutivo y seguirá el trámite parlamentario del texto, fue su predecesora, Isabel Celaá, la que presentó el borrador del anteproyecto de la Ley Orgánica de Formación Profesional en junio. Entonces, el Gobierno aseguró que con ese texto inicial se perseguía unificar el sistema de la FP y conectar el ámbito formativo con el empleo.

Celaá subrayó antes de su cese en julio que sería “una oferta formativa única, acreditable y flexible” dirigida, por primera vez, a estudiantes y trabajadores, tanto empleados como desempleados y que toda la FP pasa a ser dual, con más implicación de las empresas también en la evaluación de los alumnos, aunque el peso final lo tendrá el centro formativo. “Modernizará el sistema, es un cambio radical, no es un barniz”, dijo.

El texto inicial proponía un sistema gradual y acumulable, que abarca desde microformaciones hasta cursos de especialización, con el objetivo de promover una formación de “primer nivel” que dé respuestas al mercado laboral y a las expectativas de cualificación de las personas a lo largo de su vida, añadió.

Celaá subrayó que trabajaba en este texto “desde hace tres años” y “en diálogo permanente” con interlocutores sociales y entidades que trabajan en el “ecosistema” de la FP, para atajar los “problemas estructurales” que vive esta formación en España “desde hace décadas”, entre los que indicó el desequilibrio entre el nivel de formación y las necesidades del mercado de técnicos de grado medio, la formación de los profesionales y la baja matriculación de alumnos en le FP respecto a otros países.

TRES MESES

El texto llega ahora de nuevo al Consejo de Ministros tras la fase de consulta pública, para pasar a su trámite parlamentario, que según los cálculos del Gobierno podría durar unos tres meses. Con ello, a finales de año o inicios del siguiente, España contaría con nueva ley de FP, que rompe con los “subsistemas” vigentes hasta ahora de formación para jóvenes y trabajadores y se crea un único sistema de formación a lo largo de la vida para cualquier ciudadano y distintos grados (desde el A, con la acreditación parcial de competencias, hasta el E, con títulos de especialista y máster).

El proyecto también contempla la acreditación de competencias profesionales adquiridas por experiencia profesional y vías no formales de tres millones de trabajadores en los próximos cuatro años.

Un registro facilitará a cualquier persona tener un documento que acredite toda su formación y la futura norma también establece un nuevo cuerpo docente de profesores especialistas, profesores sin titulación superior como soldadores o peluqueros que dominan una profesión sin haber acudido a la universidad.

El conocimiento de lenguas extranjeras y la internacionalización también imperarán en la nueva Formación Profesional, que apostará por promover las vocaciones científicas y tecnológicas (las denominadas ramas ‘stem’, por sus siglas en inglés) entre las chicas.