Según informó este miércoles el Ministerio de Cultura, la pieza, realizada en granito, es una estructura zoomorfa de dos verracos únicos, cada uno tallado en una de sus caras, que procede de la Edad del Hierro y es característica de los vettones.

Se trata de uno de los bienes más singulares de todos aquellos cuantos han aparecido con el descenso de la cota de agua del embalse, y uno de los que más riesgo corría de desaparición.

Una vez recuperada, gracias a la colaboración entre el departamento de Miquel Iceta y la Junta de Extremadura, la escultura fue trasladada al Instituto del Patrimonio Cultura de España (IPCE), para su estudio. Posteriormente, retornará a tierras extremeñas para ser conservada en el Museo de Cáceres.

Estos trabajos han sido llevados a cabo por el grupo de trabajo creado por Cultura en 2019, cuando se descubrió el Dolmen de Guadalperal, con el objetivo de conservar y proteger el patrimonio histórico del embalse y su entorno.

Actualmente, el Ministerio de Cultura está realizando un estudio del embalse para geolocalizar todos los elementos presentes en él, mediante la técnica de la fotogrametría.