La organización añadió que hay 1,2 millones de personas damnificadas por el terremoto, de las que casi la mitad, unos 540.000, son niños y niñas.

Este seísmo, de 7,2 grados de magnitud, afectó, en especial, al suroeste del país. Así, dejó a su paso más de 2.200 fallecidos y más de 12.000 heridos. Además, unas 53.000 viviendas quedaron destruidas, e infraestructuras tales como hospitales, escuelas, sistemas de agua y carreteras, sufrieron daños “severos”.

Unicef indicó que ha ayudado desde el primero momento a los afectados, junto a las autoridades haitianas y otras agencias humanitarias y ONG. En este sentido, fue durante las horas posteriores al terremoto cuando comenzaron a distribuir suministros de emergencia -botiquines, artículos de higiene, colchones, mantas y lonas- para unas 30.000 personas en Les Cayes.

Además, los primeros cargamentos aéreos con ayuda de la organización han llegado en los últimos días a Puerto Príncipe con 40 toneladas de suministros médicos y de agua, saneamiento e higiene, para atender las necesidades de unos 23.350 niños y sus familias durante los próximos tres meses.

Sin embargo, Unicef calculó que necesitará unos 15 millones de dólares (12,7 millones de euros) para responder a las necesidades “más urgentes” durante un período de ocho semanas.