La guía, que se ha elaborado también en lectura fácil, recuerda que los colegios deberán tener un espacio accesible, situado lo más cerca posible de la mesa electoral, donde los ciudadanos con discapacidad puedan elegir su papeleta en privado.

El documento indica también que, según el citado reglamento, los miembros de las mesas habrán de velar por que los electores con discapacidad puedan votar con autonomía.

Del mismo modo, la normativa posibilita que las personas sordas usuarias de lengua de signos que resulten designadas miembros de una mesa electoral desempeñen su papel, si no desean renunciar a él por su discapacidad, gracias a los servicios gratuitos de un intérprete de esta lengua.

Los servicios del intérprete debe solicitarlos la persona sorda usuaria de lengua de signos a la Junta Electoral de Zona, por escrito, en siete días a partir del siguiente de recibir la carta.

Y si el miembro de mesa tiene discapacidad auditiva pero se comunica de forma oral, la guía indica que se le debe permitir utilizar los apoyos que requiera para desempeñar su función.

A este respecto, el tríptico recomienda al resto de componentes de la mesa y al personal encargado del buen funcionamiento del proceso en general que cuando se dirijan a una persona sorda que se comunica de forma oral lo hagan siempre de frente a ella y sin gritar.

El documento señala también que las mesas electorales en las que ejerzan su derecho personas ciegas que hayan solicitado el voto accesible (con documentación en braille) deberán contar con las carpetas correspondientes.

CÓMO AYUDAR

El documento explicativo incluye, por último, una serie de recomendaciones dirigidas a ayudar al personal de los colegios y mesas electorales a facilitar el acceso al voto a las personas con discapacidad.

Entre estos consejos, válidos también para cualquier ciudadano que quiera prestar su ayuda a una persona con discapacidad, figuran el de actuar con naturalidad y el de preguntar siempre antes de ayudar.