Como consecuencia de esta actuación, se ha originado un conflicto entre la empresa saliente (Sitel) y la entrante (Unísono), ya que ninguna de las compañías quiere asumir la liquidación de los contratos de los trabajadores de esta área.

Desde Sitel consideran que Unísono debe ocuparse de la liquidación de los contratos de los trabajadores, ya que así lo contempla el artículo 44 del Estatuto de los Trabajadores que regula el mecanismo de subrogación.

Sin embargo, desde Unísono se acogen al artículo 18 del Convenio de Contact Center (denominación del servicio de atención al cliente de Carrefour) para defender la situación contraria. En concreto, este artículo indica que la empresa saliente tiene que liquidar los contratos de los trabajadores antes de que cambien de empresa.

En este escenario, los trabajadores con contratos de obra y servicio tendrían que conformarse con una compensación económica de 12 días por año trabajado, mientras que los empleados indefinidos se verían abocados a pedir la baja voluntaria, renunciando así a su pasivo laboral después de muchos años trabajando en el mismo puesto.

En esta coyuntura, CCOO denunció que Carrefour se ha “puesto de perfil” y acusó a todas las partes de “dejar en el limbo” a una plantilla que lleva más de 15 años dentro de la compañía.

“El próximo lunes, 500 personas van a ver finiquitados sus contratos y muchas de ellas no van a percibir ni un solo euro después de más de 15 años trabajados”, aseguraron desde el sindicato, que manifestó su “total repulsa” a la forma de proceder de Carrefour y las dos subcontratas, y afirmó que brindará su total apoyo sindical y jurídico a todas las personas afectadas.

Por ello, CCOO exige que no se finiquite a la plantilla el próximo lunes 16 de agosto y que se abra un espacio temporal para el establecimiento de una mesa de diálogo entre las empresas implicadas y los sindicatos.