La normativa entrará en vigor mañana imponiendo la obligación de hacer contrato laboral a los repartidores que trabajan para empresas que utilizan plataformas digitales, como es el caso de Deliveroo, Glovo, Stuart o Uber Eats.

Su objetivo es “poner fin al fraude laboral que han sufrido durante ya demasiado tiempo los trabajadores y las trabajadoras de este sector, como así han certificado tanto Inspección de Trabajo como los tribunales”, explicó CCOO.

Al mismo tiempo, persigue generar la seguridad jurídica “necesaria” para garantizar los derechos laborales y asegurar que todos los operadores del sector desarrollen su actividad bajo las mismas reglas.

En relación a las diferentes estrategias de las compañías, CCOO expuso que en Just Eat se han iniciado las negociaciones de un convenio colectivo para su plantilla, mientras que el propio sindicato ha denunciado a Glovo ante Inspección de Trabajo “por incumplimiento de la legislación laboral”.