Ciencia
El Hospital Gregorio Marañón implementa la impresión 3D en cirugía maxilofacial
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El Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, dirigido por el profesor José Ignacio Salmerón, ha implementado el uso de la impresión 3D para mejorar la planificación y abordaje de sus cirugías, según anunció el hospital este jueves.
En concreto, informó que se están aplicando estos modelos en la reconstrucción del volumen de la órbita de los ojos debido a fracturas, traumatismos o accidentes. El hospital explicó que la órbita es una estructura cónica “anatómicamente compleja”, que consta de varias paredes sobre las que se asienta el globo ocular con los músculos que permiten la movilidad del mismo y otras estructuras.
La mayoría de los problemas derivados de la órbita se producen como consecuencia de traumatismos, agresiones, accidentes deportivos o de tráfico “que suelen conllevar un cambio del volumen natural de la órbita”. Esto produce secuelas tales como un ojo más hundido de lo normal o problemas del párpado, que requiere, finalmente, una intervención quirúrgica.
La aplicación ha sido reconocida en el Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial y de Cabeza y Cuello (SECOM-CyC), gracias al trabajo del residente del servicio de Cirugía Maxilofacial del Marañón Raúl Antúnez-Conde, que obtuvo un premio con la comunicación ‘Aplicaciones de un FabLab de impresión 3D hospitalaria en la reconstrucción orbitaria: estudio de casos y controles en el servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital General Universitario Gregorio Marañón’.
En este trabajo, según precisó el hospital, “se comparan los resultados obtenidos en la reconstrucción orbitaria mediante la técnica tradicional que consiste en restaurar el volumen orbitario con una malla de titanio modelada a ojo de forma intraoperatoria”, con “la aplicación de esa misma malla preformada con anterioridad a la intervención, sobre un modelo impreso en 3-D a partir de un archivo digital sobre un escáner previo de la órbita sana del mismo paciente”.
A este respecto, Raúl Antúnez-Conde especificó que la principal ventaja es “que se consigue adaptar de forma más precisa esta malla de titanio, preformándola antes de la cirugía”, así se consigue “un volumen orbitario mucho más natural”. Además, “ha supuesto la disminución de secuelas para los más de 20 pacientes tratados con esta técnica, así como la disminución del tiempo quirúrgico y anestésico”. Esto último, explicó, implica la reducción de hasta un 40% de los costes de quirófano.
(SERVIMEDIA)
22 Jul 2021
XSF/gja