Sector financiero

Cos apunta que el BCE podría condicionar ”eventualmente” la compra de bonos a la difusión de información sobre riesgos climáticos

-Demanda que las políticas incorporen horizontes de proyección a largo plazo para implicar a los jóvenes en la transformación y donde la fiscalidad sea clave

MADRID
SERVIMEDIA

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, apuntó este viernes que el Banco Central Europeo (BCE) tiene “la obligación de interiorizar el riesgo derivado de la transición” hacia una economía descarbonizada, pudiendo “eventualmente” llegar a “condicionar” la compra de bonos o deuda a que las empresas “hayan cumplido unos determinados requisitos de difusión de información” que “ayuden al cambio climático”.

Cos compartió estas reflexiones durante un panel sobre ‘Acción climática para una recuperación verde’, en el que también intervinieron la vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera; el secretario general de la ONU, António Guterres, y el vicedirector del Instituto de Física de Cantabria y coautor del Sexto Informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático), José Manuel Gutiérrez.

Durante su intervención defendió la legitimidad de los bancos centrales y supervisores a implicarse de forma directa en la lucha contra el cambio climático. “No es que podamos es que debemos”, afirmó, exponiendo que su implicación es obligada por el doble mandato que tienen de garantizar la estabilidad de precios y la financiera.

En materia de estabilidad financiera expuso que los balances financieros están expuesto a los riesgos, dependiendo de si financian empresas más o menos verdes por el doble riesgo físico y de transición. Es decir, por un lado, detalló que el propio cambio climático está provocando eventos como inundaciones o desertificación, “que están generando pérdidas en determinados empresas”. “Si los bancos no tienen en cuenta el riesgo derivado del cambio climático evidentemente podemos acabar teniendo, si es sistémico, un problema de estabilidad financiera”, abundó.

El riesgo de transición es el asociado a que el cambio y las medidas que se adopten para favorecerlo puedan dejar “sectores ganadores” y “perdedores”, que estarán igualmente financiados, y esos créditos también podrían introducir una inestabilidad.

Ante este escenario y desde el punto de vista del supervisor indicó que un regulador tiene “la obligación de obligar a los bancos a que interioricen esos riesgos” y, simplemente con eso, expuso que se estaría apoyando al resto de políticas para favorecer el desarrollo al contribuir al “cambio de esos precios relativos que necesitamos precisamente para luchar contra el cambio climático”.

Sin embargo, volvió a insistir en que un supervisor no es el principal actor y hay que actuar desde la óptica impositiva. “Subrayo lo de la materia impositiva porque creo que no debemos engañarnos: tiene que jugar un papel muy importante”, argumentó, indicando que el cambio climático es “una externalidad negativa” y “en el libro de texto habitual las externalidades negativas se resuelven vía con impuestos”.

Sobre esta materia apostó además por utilizar los recursos procedentes de esas recaudaciones “para compensar a los perdedores si no queremos que se entorpezcan las decisiones” que “son necesarias”. Además, abogó por que las reglas para que la banca interiorice dichos riesgos se asuman a nivel global, recordando que el Comité de Supervisión de Basilea lleva dos años analizando cómo abordar regulación, información y supervisión.

LA ESTABILIDAD DE PRECIOS

Desde la óptica de la obligación del BCE de garantizar la estabilidad de precios y en política monetaria refirió la necesidad de estar atentos además y aprender a abordar las “perturbaciones que se pueden producir si no actuamos” y las implicaciones de los cambios.

A título de ejemplo expuso que, en materia impositiva, “esto va a genera un efecto sobre el crecimiento económico” y sobre la inflación, que el BCE tendrá que tener en cuenta. Y de forma adicional indicó que, como el resto de bancos, el BCE deberá interiorizar los riesgos, deslizando la posibilidad de que introduzca condicionantes a la difusión de información a las empresas para adquirir su deuda.

Por otro lado, demandó que las políticas económicas “incorporen horizontes temporales más largos” en sus proyecciones como mejor fórmula para implicar a los jóvenes en el compromiso del esfuerzo para avanzar en la descarbonización, y toda vez que serán los que “van a sufrir o disfrutar” si se da o no una respuesta adecuada al desafío.

Además, afirmó en que cualquier cambio necesita el respaldo social. “Las políticas necesitan legitimación y esa se la va a proporcionar los votantes, los ciudadanos”, ya que serán, junto con las empresas, los que van a tener que “reasignar los recursos, modificar los procesos productivos, cambiar los patrones de consumo”, etc, para lograrlo.

(SERVIMEDIA)
02 Jul 2021
ECR/gja