Así lo dijo el máximo responsable de la patronal durante su discurso en la Asamblea General anual de CEOE en la que se refirió a las negociaciones abiertas en este momento con el Gobierno como es en materia laboral.

Al respecto, el presidente de CEOE dijo que “hoy por hoy tenemos una posición frontal” y “no compartimos en absoluto el proyecto que se nos ha presentado” para lo que “yo denomino contrarreforma laboral”. Justificó que “no podemos aceptar el no modernizar el mercado laboral” para “constreñirlo” porque “hay mucha ideología en los papeles que nos llegan”. Insistió en que la organización se sentará en la mesa a negociar, pero aseveró que “tal y como se plantean, sinceramente no lo vemos”.

Alegó “intervencionismo” y propuestas “desalineadas con las necesidades del tejido productivo y de los trabajadores” para rechazar el posicionamiento del Ministerio de Trabajo y Economía Social y dijo que se está generando “incertidumbre” cuando “necesitamos estabilidad de todo tipo”, citando la regulatoria.

Respecto a la reforma de pensiones, sobre la que se espera cerrar un acuerdo acerca del primer bloque la semana que viene, Garamendi se mantuvo en que “la música suena bien, pero la letra vamos a ver hasta dónde llega”. Señaló que se está trabajando en ese primer bloque y también en la cotización por ingresos reales de los autónomos, cuyas líneas principales irían dentro de esa primera parte de la reforma.

En cuanto a la fiscalidad, Garamendi afirmó que “si alguien quiere armonizar, que se armonice a la madrileña”, y defendió que la fiscalidad vaya en la línea de tener más bases imponibles y menos tipos justificando que “eso va a mejorar la actividad económica”.

Recordó los resultados de un informe del Instituto de Estudios Económicos (IEE), perteneciente a CEOE, que refleja que la economía sumergida “ronda el 24%” en España frente al 13% en Europa y “curiosamente en Madrid la economía sumergida es del 14%”.

Garamendi volvió a defender que si se tiene en cuenta la recaudación según el número de españoles que pagan, la presión fiscal en España es mayor que en Europa.

“Si lo que se pretende es subir los impuestos, nosotros pensamos que no es la línea adecuada”, incidió, y aseguró que “vamos a estar encima porque nos preocupa muchísimo”. También planteó que se analice cómo se puede hacer “una mejor gestión del Estado”, las comunidades autónomas y los ayuntamientos.

Por otra parte, repasó el año “muy duro” que ha sido 2020 por el impacto de la pandemia de Covid-19 y los acuerdos “difíciles” para extender los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). En este sentido, confesó que “no ha sido fácil convencer a veces de las necesidades de las empresas”.

Destacó de los créditos avalados por el Estado que la banca corre un riesgo y quiso agradecer al sector “el haber estado a la altura de las circunstancias y haber resuelto un problema de liquidez que tenían las empresas”. En este punto, señaló el problema de solvencia que atraviesan las compañías por “decisiones administrativas”.

Así, se refirió a las ayudas directas aprobadas por el Gobierno para reclamar a las comunidades autónomas que “piensen en las empresas” y pongan en marcha esa financiación.

Sobre el fondo de rescate gestionado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Garamendi también hizo una demanda para que “se desbloqueen todos los procedimientos”, dado que hay empresas “importantísimas” que “están en la UVI” y “no puede ser que estén paralizadas estas ayudas”.

Por último, Garamendi señaló la importancia de la formación ante los proyectos que se financiarán con fondos europeos e informó de que este año no se celebrará la cumbre empresarial que se hizo el año pasado, con los máximos responsables de las grandes empresas españolas y de patronales, porque “lo que se dijo el año pasado es exactamente lo mismo que reclamamos un año más tarde” y “cuando todo el mundo va en una dirección no estaría de más atender un poquitín”.