Así se puso de manifiesto durante la presentación en el Museo Thyssen de Madrid de MADO (Madrid Orgullo), la gran fiesta que la comunidad Lgtbi celebrará, entre este viernes y el próximo 4 de julio, MADO (Madrid Orgullo), en el barrio de Chueca y algunas de las principales calles de la capital, sin actos multitudinarios por la pandemia del coronavirus, y cuyo colofón será la manifestación estatal, una de las más importantes del mundo, que tendrá el carácter “más político y reivindicativo” de la historia ante el auge del “discurso del odio” de la extrema derecha.

En el acto estuvieron presentes el coordinador general de MADO, Juan Carlos Alonso; la presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (Felgtb), Uge Sangil; la presidenta del colectivo Lgtbi de Madrid (Cogam), Carmen García de Merlo; la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís; y el presidente de la Asociación de Empresarios para Lgtb de Madrid y su Comunidad (Aegal), Alfonso Llopart.

Juan Carlos Alonso lamentó que se estén viviendo “tiempos oscuros, que nos indignan”, en los que se producen “conflictos absurdos sobre la iluminación de un estadio para no molestar a un Estado homófobo como Hungría”.

Por ello, arguyó que “esto no va de política, va de vida, va de sufrimiento”, por lo que “cuando se ponen en tela de juicio los derechos de todos, no daremos un paso atrás”.

Denunció que Vox “se opone a los derechos humanos, a los derechos de este colectivo”, lo que le dio pie a aseverar que “no somos moneda de cambio ni para presupuestos ni para ser presidenta de una comunidad autónoma. Somos personas”.

Begoña Villacís reconoció que “algunos hemos caído en el error de creer que muchos de esos derechos civiles y sociales, muchos de esos avances, que no puede reivindicar nadie, porque son de todos, estaban consolidados”.

Esto le permitió atestiguar que “Madrid es libertad para bajar impuestos, pero también para besarte con quien quieras en la Plaza de España; la libertad es que ningún colectivo sienta amenazados sus derechos”, los cuales no pueden ser una “moneda de cambio”.

Apuntó que “Madrid no puede ni debe dar un paso atrás”, porque los derechos de la comunidad Lgtbi son “conquistas de la sociedad madrileña”, y, tras indicar que el Orgullo es “una muy buena noticia para la ciudad”, se comprometió a que en ella “se va a poder seguir amando a quien se quiere mal que le pese a algunos que no creen en los derechos humanos, en la diferencia y en que otras personas existan”.

“Orgullo, en Madrid tenéis vuestra ciudad para siempre”, concluyó su intervención.

“EL ORGULLO ES LIBERTAD”

Por su parte, Uge Sangil subrayó que el Orgullo Estatal es “libertad, diversidad, suma”, lo que le dio pie a reivindicar que este año la comunidad Lgtbi saldrá a las calles tras un año de parón obligado por la pandemia “orgullosas, enseñando nuestras plumas, nuestros cuerpos, nuestra libertad”.

En ese sentido, dejó claro que la manifestación del próximo día 3 de julio, que unirá la glorieta de Carlos V y la Plaza de Colón, será “segura y responsable”, como lo pondrá de manifiesto el hecho de que sus participantes deberán llevar mascarilla y guardar la distancia de seguridad establecida por las autoridades sanitarias.

Señaló que la manifestación será “más política y reivindicativa que nunca”, y en ella se recordará el 40 aniversario del primer caso de VIH, y se denunciará el “discurso del odio de la ultraderecha”, el “pin parental” y los retrocesos en la aplicación de la legislación Lgtbi.

Esas reclamaciones, dijo Uge Sangil, se concretarán en una pancarta que lucirá el lema ‘ni un paso atrás’. “Condenaremos a la extrema derecha y a los gobiernos que se apoyan en la extrema derecha”, aseveró.

También se defenderán los derechos de las personas transexuales, y se conminará al Gobierno a que haga de la ‘ley trans’ la norma que “todos necesitamos”.

A su vez, destacó que la manifestación terminará en la Plaza de Colón, ese lugar donde “se juntan los cómplices del odio”, y donde “la ultraderecha ha lanzado los discursos de odio hacia el colectivo (Lgtbi), las mujeres y los migrantes”.

“EXCUSAS”

En esa línea, Carmen García de Merlo consideró un “error” que el Ayuntamiento de Madrid se haya negado a colgar en su fachada la bandera arcoíris, ya que es “un símbolo de libertad para una de cada diez personas en el mundo”.

Lamentó que el consistorio se haya amparado en una sentencia del Tribunal Supremo sobre el uso en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife de la bandera tricolor con las siete estrellas, que utiliza desde 1964 el Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario. “(Esa sentencia) no tiene nada que ver con la comunidad Lgtbi. Es una excusa”, sentenció.

Por último, criticó las recientes declaraciones del consejero de Educación y portavoz de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, en las que abrió a modificar algunos artículos de las leyes Lgtbi vigentes en la región, unas normas, recordó Carmen García de Merlo, que “llevan cinco años incumpliéndose”.