La sentencia relata que el acusado, arrendatario de una finca situada en el término municipal de Plasenzuela y responsable de la explotación de ganado ovino, en fechas próximas al 7 de abril de 2019 roció a sus ovejas con sustancias venenosas, resultando al menos 200 de ellas muertas y dejándolas a disposición de las aves carroñeras, lo que provocó la muerte de tres buitres leonados.

Además, en la inspección del interior de la nave ganadera el acusado guardaba en un cubo de plástico blanco con la leyenda ‘veneno’ una mezcla de maíz, pienso, avena y garbanzos con sustancias venenosas cuyo uso es letal. Con la mezcla el acusado envenenó a cuatro palomas.

El buitre leonado está incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas por el Real Decreto nº 139/2011, de 4 de febrero. Cada ejemplar ha sido valorado en 6.000 euros.