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Indultos

El Gobierno asegura que la nueva foto de Colón refleja “la impotencia de la política” ante una situación que “nunca se debió consentir”

- Las ministras Calviño y Montero cargan contra los “negacionistas” de la violencia machista

MADRID
SERVIMEDIA

El Gobierno considera que la nueva “foto de Colón” que mañana protagonizarán el PP, Vox y Ciudadanos en su protesta contra la posible concesión de indultos a los políticos independentistas condenados por el ‘procés’ refleja “la impotencia de la política” ante una situación en 2017 “que nunca se debió consentir”.

“Los problemas no se arreglan recogiendo firmas”, dijo la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ni con una foto que “expresa la impotencia de la política” ante “lo que nunca se debió consentir”.

Lo que ocurrió en 2017, aseguró, se debió a que el Gobierno de entonces, presidido por Mariano Rajoy, decidió “esconder la cabeza como un avestruz” cuando se avecinaban los problemas y se generaron conflictos que “ojalá nunca hubieran ocurrido”.

Montero, junto a la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Nadia Calviño, participó en un acto organizado por el PSOE de cara a la preparación de la ponencia económica para el Congreso Federal del partido. En sus discursos, ambas alertaron de la amenaza que supone el auge del “populismo” y acusaron al PP de ser “comparsa” de la extrema derecha.

Calviño subrayó en su intervención que España es el único país europeo que define la igualdad de género como uno de los ejes principales sobre los que pivotan las políticas de recuperación, algo que juzgó “imprescindible” no solo por razones de justicia social sino también por racionalidad económica, ya que el cierre de la brecha de género supondría un crecimiento de hasta el 15% del PIB.

Además de enumerar algunas de las medidas emprendidas por el Gobierno, Calviño alertó de que la incertidumbre y el miedo que los ciudadanos sienten ante la crisis actual es “el caldo de cultivo” para el auge de los populismos.

Al hilo de esa reflexión, se remontó al “fracaso colectivo” que supuso la situación de Cataluña en 2017, con la declaración unilateral de independencia, algo de lo que responsabilizó a los dos gobiernos de entonces, al central encabezado por Mariano Rajoy y al de la Generalitat, porque ambos provocaron un “choque de trenes absolutamente improductivo” no solo desde el punto de vista político sino también económico.

Fue un “desgarro" de la sociedad catalana, una “vía muerta” que ella vivió desde Bruselas con la “incapacidad de explicar” a sus colegas europeos lo que estaba sucediendo en España. “Allí no podemos volver”, dijo, por lo que abogó porque la política recupere “el diálogo, la concordia y el reencuentro de todos los ciudadanos”.

Ante cuestiones complejas, alertó Calviño, no vale una “varita mágica" ni hay “soluciones milagrosas”, como la bajada de impuestos que defiende el PP a modo de “bálsamo de Fierabrás”.

VIOLENCIA DE GÉNERO

Montero comenzó su alocución alertando contra la “expresión más grave de la violencia machista” que se ha visto en el caso de las dos niñas presuntamente asesinadas por su padre en Tenerife y también, afirmó, en el reciente testimonio público de Rocío Carrasco. La violencia contra las mujeres, dijo, no se manifiesta solo “en una bofetada o un empujón” sino de formas “más sutiles y sofisticadas”.

“No estáis solas”, quiso decir a todas las víctimas, y el Gobierno trabaja para “ayudaros” mejorando los instrumentos y los recursos que permitan no solo defenderlas sino combatir la “guerra cultural en la que últimamente nos quiere poner la ultraderecha y también, de comparsa, la derecha del PP” dando fuerza al negacionismo al “quitar importancia” al debate sobre la necesaria igualdad de género.

Al hilo de esa reflexión, Montero cargó contra quienes blanden “titulares simples” frente a realidades complejas que requieren “pedagogía, una reflexión profunda, ánimo de construir todos juntos” y en su lugar tratan a los ciudadanos como si fueran “menores de edad” sin capacidad de discernir ni calibrar esa complejidad.

Se mostró convencida de que ese auge del populismo es “la principal amenaza” de las democracias avanzadas, también de la española, y no situó solo en esa corriente a la ultraderecha, sino a una derecha que antes se consideraba “convencional” y que ha optado por alimentar esas tesis, en referencia al PP.

La imagen que mañana se verá en la plaza de Colón, afirmó, es la prueba de que la oposición no está atenta a los desafíos de España sino “a otra cosa, a hacer ruido”, a “negar los avances” de la sociedad y unos retos ante los que “no hemos tenido ningún tipo de apoyo por parte del PP”.

Aseguró, en ese sentido, que los catalanes “necesitan reencontrarse entre sí” y con el conjunto de España, y las instituciones tienen “la obligación de facilitar ese camino”, procurando que exista espacio para el diálogo y la discusión “sabiendo que nunca se puede volver a romper esa legalidad”.

Montero reconoció la posibilidad de que muchos ciudadanos no comprendan las decisiones del Gobierno, “lo entendemos”, pero “si queremos un país fuerte, unido” y capaz de afrontar los retos pendientes, hay que “trabajar para ese recuento y construir esos puentes que se dinamitaron”.

Aseguró que no entiende que el PP “renuncie a tener representación” en Cataluña o el País Vasco y que utilice la situación “para azuzar el enfrentamiento”, ya que un partido con vocación de gobernar debe “comprender la complejidad territorial de España”.

(SERVIMEDIA)
12 Jun 2021
CLC