Ciencia

La colonización española no siempre trajo un rebrote de bosques por la mortalidad indígena

MADRID
SERVIMEDIA

La conquista de nuevos territorios en regiones tropicales por parte del Imperio español tanto en el Atlántico como en el Pacífico no siempre desencadenó la extensión de bosques tras la mortalidad generalizada de las poblaciones indígenas a partir del contacto europeo en los siglos XV y XVI.

Ésta es la conclusión de un estudio publicado este jueves en la revista ‘Nature Ecology & Evolution’ y basado en registros de granos de polen microscópicos conservados en sedimentos de lagos de zonas tropicales anteriormente reclamadas por el Imperio español. Con ello, los científicos pudieron reconstruir una imagen de cómo han cambiado los ambientes con el tiempo.

Está bien documentado que la llegada de europeos a América dio lugar a la propagación de enfermedades como la viruela, el sarampión, el tifus y el cólera a las poblaciones indígenas, muchas de las cuales practicaban la agricultura sedentaria.

Los registros arqueológicos e históricos indican que esto puede haber aniquilado hasta el 90% de la población indígena, lo que lo convierte quizás en el desastre epidemiológico más significativo jamás conocido.

Lo que es menos conocido, sin embargo, es el impacto de esta llamada ‘Gran Muerte’ en los paisajes tropicales, que habían sido manejados por productores de alimentos e incluso habitantes urbanos durante milenios.

Algunos investigadores han argumentado recientemente en un artículo ampliamente popularizado que la drástica reducción de las poblaciones indígenas, y el consiguiente cese de su uso de la tierra en muchas partes tropicales del Neotrópico, condujo a un dramático rebrote de los bosques.

Tan significativo fue este cambio ecológico, argumenta el documento, que estos nuevos árboles capturaron suficiente carbono para causar una caída reconocible en los niveles de CO2 atmosférico global. Este cambio atmosférico global no sólo está implicado en una Pequeña Edad de Hielo que causó que los lagos se congelaron en Europa, sino que también se ha sugerido como una posible fecha de inicio para el Antropoceno.

Sin embargo, esas evaluaciones del rebrote forestal se basan en un número limitado de registros ambientales y se centraron exclusivamente en América. En el nuevo estudio, un equipo de investigación, compuesto por paleoecólogos, arqueólogos e historiadores, se propuso probar empíricamente el vínculo propuesto entre la colonización y el rebrote forestal mediante la síntesis y evaluación de registros a largo plazo del cambio de la vegetación tropical de todo el continente americano, así como el dominio asiático-pacífico del Imperio español, a menudo pasado por alto.

"Aunque esperábamos una señal de rebrote de los bosques después de la disminución conocida de la población indígena, sólo se observaron ejemplos claros de este proceso en aproximadamente un tercio de los casos tanto en América como en la Asia del Pacífico. Los cambios en la cubierta forestal fueron, de hecho, diversos", apunta Rebecca Hamilton, autora principal del estudio.

El equipo atribuye esta complejidad a la influencia variable del clima, los seres humanos y la geografía a través del espacio y el tiempo. "Nuestros resultados sugieren que los bosques densos y húmedos y los bosques de las tierras altas tenían menos probabilidades de mostrar una señal de forestación después del contacto con España", continúa Hamilton.

DOS TEORÍAS

Los autores ofrecen dos posibilidades teóricas para la aparente falta de crecimiento forestal. Una es que estos hábitats fueron mantenidos por la agrosilvicultura antes de la colonización, lo que significa que nunca habían sido despejados de árboles para empezar. La otra se refiere a que estos paisajes fueran más difíciles de acceder para los europeos, lo que llevó a la persistencia de las poblaciones indígenas hasta bien entrado el periodo español, como se documenta en los registros históricos. Por el contrario, los ecosistemas aislados y limitados por el agua, particularmente en el Pacífico, mostraron señales más claras de rebrote de los bosques.

En algunos casos, la imposición de políticas europeas de uso de la tierra, incluidos los asentamientos consolidados y la reubicación de la población, las plantaciones y la ganadería, condujo a una falta de recrecimiento de los bosques, o incluso a la deforestación.

"Los estudios futuros que exploran el impacto del colonialismo europeo en los paisajes tropicales deben desarrollar conocimientos arqueológicos, históricos y paleoecológicos detallados sobre cómo las diferentes partes de los trópicos y sus poblaciones resistieron, formaron y fueron impactadas por los procesos de colonialismo desde el siglo 15 en adelante", concluye Hamilton.

(SERVIMEDIA)
10 Jun 2021
MGR/clc