Así lo subrayó Garzón en Sevilla en unas declaraciones a los medios de comunicación previas al encuentro que mantendrá con los presidentes de la Federación Andaluza de Jugadores de Azar Rehabilitados (Fajer) y la Asociación Sevillana de Jugadores de Azar Rehabilitados (Asejer) y en las que, como ejemplo de esa laxitud, citó el caso de Andalucía, que prohíbe la instalación de este tipo de salones a menos de 150 metros de un centro educativo.

El titular de Consumo consideró “absolutamente insuficiente” esta distancia y subrayó que “no se parece ni de lejos a los 500 que están poniendo otras comunidades autónomas”. “Estamos ante un problema grave y la Junta de Andalucía debería ser más rigurosa en su relación con las casas de apuestas presenciales”, espetó.

En este sentido, también criticó otras medidas como la bonificación fiscal a este tipo de empresas, en “línea contraria” a lo que han hecho “muchas” regiones que, a su juicio, “lo que tratan es de no incentivar ese tipo de sector de actividad”.

Junto a ello, se refirió a la “discrepancia” que mantiene el Gobierno de Juanma Moreno con ayuntamientos como el de Cádiz o Málaga, que han “intentado reformular” sus planes de ordenación urbanística para establecer una distancia mínima entre las casas de apuestas y los centros educativos, y la Junta de Andalucía “no está de acuerdo”.

“Y calcula unas distancias que son, desde luego, muy diferentes a las que se están poniendo en otras comunidades autónomas”, apostilló, convencido de que ese "acercamiento para impedir la extensión de este fenómeno es significativo y sintomático de lo que piensa la Junta Andalucía”.

NORMALIZACIÓN

En este punto, hizo hincapié en el caso de los centros de educación secundaria y bachillerato donde, según su criterio, los jóvenes pueden empezar a “normalizar un tipo de consumo que se puede convertir en una lógica en la que es lo normal que, después de salir del instituto, te vayas a la casa de apuestas a apostar”. “Eso, para una parte importante de esos jóvenes, ya mayores de edad, no es problemático, pero hay una parte de esos jóvenes para los que sí es problemático”, abundó.

A este respecto, insistió en que “pueden iniciar una serie de patologías que son muy, muy peligrosas dentro de una normalización del juego como la que hemos vivido en los últimos años”. “Cualquiera que pusiera un partido de fútbol veía la marca de una casa de apuestas, podía apostar en cualquier momento, incitado por la publicidad, y a gastarse dinero, a seguir escalando en una dinámica compulsiva a personas vulnerables de 18 a 25 años, que es el sector que más ha crecido en los últimos años”, lamentó.

Garzón incidió en que medidas como ampliar la distancia entre casas de apuestas y centros educativos son relevantes para “frenar” el “problema”. “No es una forma de solucionar de manera profunda el problema de origen, pero, desde luego, es una forma de frenar”, aseveró.

Así, llamó a “encontrar un equilibrio” entre la decisión de “priorizar” los beneficios de las casas de apuestas que, dijo, “son beneficios legítimos, porque la actividad es legal”, o la salud pública. “Yo creo que aquí hay que encontrar un equilibrio que siempre priorice la salud pública”, resolvió.

El titular de Consumo volvió a reivindicar el Real Decreto de comunicaciones comerciales de las actividades de juego, que entrará “definitivamente” en su “última fase en vigor” el próximo 31 de agosto y que acabará con la actual “inundación sistemática” de publicidad de casas de apuestas e “incitaciones a apostar”.

Tras lamentar que “desgraciadamente” la normativa haya sido recurrida por La Liga de fútbol, algunos medios de comunicación o las casas de apuestas, defendió que con ella el Ejecutivo “preserva la salud pública y los intereses de las familias más vulnerables” que, a su entender, “son particularmente aquellas a las que está más dirigida este tipo de publicidad”.

“Esto se traduce en que aquellos sectores populares con menos recursos, con una situación económica más desafortunada, son los que tienden a creer que una apuesta puede resolver esa situación”, resolvió, convencido de que, en este asunto, el Gobierno lo está “haciendo bien”.

"Falta la otra dimensión de esta problemática, que son las casas de apuestas presenciales”, de competencia autonómica, que, según su punto de vista, “suponen un riesgo para la salud” y en las que se han detectado “deficiencias del control de acceso”, permitiendo el paso a menores.