Industria

La industria química prevé facturar este año un 7,1% más, tras un 2020 con el mejor comportamiento de toda la economía productiva

MADRID
SERVIMEDIA

El sector químico español prevé cerrar 2021 con un crecimiento de su facturación del 7,1%, hasta la cifra récord de 69.100 millones de euros, y de un 10,2% en exportaciones, hasta los 40.300 millones, según las previsiones presentadas este miércoles por la patronal Feique.

El sector cerró 2020 registrando el mejor comportamiento de toda la economía productiva española, con apenas una caída de la producción del 0,4%, lo que contrasta con el conjunto de la industria manufacturera, que decreció un 10,1%. En concreto, el área farmacéutica creció un 2% y el área química se redujo el 1,7%, los dos mejores resultados de la industria manufacturera (es decir, excluidas las industrias extractivas, la energía y el agua).
Varios subsectores como la farmaquímica, productos de limpieza e higiene y la agroquímica crecieron, mientras que los sectores más dependientes del automóvil y la construcción no pudieron mantener toda su capacidad productiva.

Desde Feique explican que grran parte de la resistencia global del sector se debe a que la química ha sido esencial para combatir la pandemia, desde productos farmacéuticos y gases medicinales hasta desinfectantes y geles, materias primas para mascarillas o equipos de protección.
Contabilizando el año 2020, la industria química española, que engloba a unas 3.000 empresas, acumula un crecimiento productivo del 18% en España desde 2007, a pesar de las dos crisis más importantes que han acaecido en el mundo en los últimos 80 años: la financiera y la sanitaria. En el mismo periodo, la industria en su conjunto ha caído, sin embargo, un 28,8%, un 10,1% únicamente en el último año.
En cuanto a la cifra de negocios, en 2020 el sector químico decreció un 2,9% hasta los 64.500 millones de euros (un 11,7% cayó la industria en su conjunto), como consecuencia de la leve caída productiva, y una más intensa caída de la demanda global, que impactó negativamente en los precios. No obstante, desde 2007, el sector acumula un crecimiento del 30%.
En paralelo, el valor añadido bruto, que constituye la aportación al PIB, alcanzó, incluyendo sus efectos indirectos e inducidos, los 55.400 millones, lo que supone un 5,5% del PIB español (impuestos excluidos).
Respecto al comercio internacional, las exportaciones estuvieron afectadas tanto por la caída de la demanda internacional, especialmente de la europea, como por las restricciones parciales y temporales que se sucedieron y que afectaron a los mercados. Así, las exportaciones de la industria química española se contrajeron el 6,1%, hasta los 36.570 millones , cifra que supone un 57% de la cifra de negocios. No obstante, el sector químico continuó siendo el segundo sector que más aportó al conjunto de las exportaciones industriales de nuestro país, totalizando el 15,8%, solo por detrás del automóvil.
Respecto al área laboral, el sector químico tuvo un ligero crecimiento del empleo del 2%, concentrado en farmaquímica, que le llevó a alcanzar un total de casi 210.000 empleos directos. Integrando el importante efecto indirecto e inducido derivado de la actividad del sector, el empleo generado superó ampliamente los 700.000 puestos de trabajo, lo que supone el 3,7% de la población ocupada en España.
PRECIO ELÉCTRICO

Para 2021, Feique prevé que en el caso de la cifra de negocios, un tercio de este crecimiento lo proporcionará la producción y dos tercios, los precios. Al contrario que en 2020, el crecimiento se producirá casi íntegramente en el área química, presentando la farmacéutica un comportamiento estable y sin apenas cambios.
En cuanto a las exportaciones, la patronal aventura que el mercado demandante con mejor comportamiento será el comunitario, que superará niveles precrisis, en menor medida el asiático y muy estable el americano. Los mayores crecimientos se producirán en la química, esencialmente en el subsector de la química básica.
Sobre el precio eléctrico, el presidente de Feique, Carles Navarro, afirma que presenta tres problemas bien identificados por la industria química: uno es el mercado mayorista, otro son los costes regulados y un tercero, los mecanismos de compensación. “La suma de todos ellos genera un precio final de la electricidad que supone un lastre competitivo difícilmente soportable para toda la industria básica y estratégica española. Baste decir que hoy, una empresa electrointensiva española, paga por su Kw un 116% más que una compañía francesa y un 58% más que una alemana”, indica Navarro.

(SERVIMEDIA)
09 Jun 2021
JRN/gja