Según un comunicado divulgado por la organización madrileña, la batería de medidas propuestas al Ayuntamiento pretende introducir una regulación “más exigente” que ponga fin al Plan de Hospedaje que el consistorio aprobó en la anterior legislatura, cuando Manuela Carmena ejercía de alcaldesa.

En concreto, Madrid Aloja exige tramitar un cambio de uso a “apartamento turístico” de todos los edificios que estén conformados por viviendas turísticas en más de un 40%, “lo que a la postre serviría para garantizar un crecimiento urbanístico ordenado”.

Asimismo, pide incorporar un censo de viviendas turísticas que tenga un sistema de plazas limitado –de acuerdo con criterios objetivos– que “solo acepte altas si se producen bajas”, para así acotar el número de viviendas y “controlar la oferta”. Desde Madrid Aloja defienden que esta medida podría trasladar la demanda a otros barrios y equilibrar todos los tipos de oferta.

Para “garantizar el turismo de calidad”, Madrid Aloja pide fijar un límite en el número de huéspedes por vivienda, e imponer sanciones a las plataformas que recojan anuncios con ocupaciones por encima de las permitidas, a los gestores que anuncien más de las autorizadas o a los usuarios irresponsables con el número de ocupantes.

En paralelo, Madrid Aloja plantea la instalación de sistemas de controles de ruido, la contratación de vigilantes nocturnos “para garantizar el descanso de todos”, la creación de accesos digitales a los inmuebles y la creación de una Oficina de Servicio de Mediación y Convivencia para que los vecinos puedan manifestar sus opiniones.

Por último, la asociación propone la creación de un depósito de garantía proporcional al número de huéspedes.