Salud
El estrés térmico y la contaminación acústica en las ciudades generan vulnerabilidad en personas mayores
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Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) destacaron este lunes la vulnerabilidad que sufren los mayores en relación con las situaciones de estrés térmico y acústico que soportan en las ciudades.
En un estudio publicado en la revista ‘Urban Climate’ aluden a la necesidad de desarrollar estrategias de mitigación y adaptación para la creación de espacios públicos más saludables.
Muchas veces se descuida la adaptación de las ciudades a las necesidades de un colectivo cada vez más numeroso. El envejecimiento de la población es uno de los desafíos a los que según los investigadores debe enfrentarse la sociedad actual. Por ello, proponen crear estrategias adecuadas de salud, ocio y prestaciones adecuados para ellos.
El estudio reveló que los adultos mayores suponen más de un 26% de los usuarios de los espacios urbanos madrileños analizados.
A este respecto, las investigadoras del Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio y del Grupo ABIO de la UPM , Esther Higueras y María Teresa Baquero, desarrollaron una toma de datos en el barrio de Arapiles con el doble objetivo de comprender la relación entre la “percepción subjetiva” de confort térmico y acústico de las personas mayores con las características personales (actividad, vestimenta, hora de visita, etc.), contrastadas con las condiciones microclimáticas y acústicas y el uso del espacio público del barrio de estudio. Y, por otro lado, identificar si la salud de las personas mayores estaba en riesgo por superar los umbrales máximos de ruido o estrés térmico establecidos por los organismos internacionales.
Los resultados del estudio ponen de manifiesto que la salud de los mayores sí podría estar en riesgo por las situaciones de estrés térmico y por los altos niveles de ruido ambiental que soportan en los espacios públicos de las ciudades como Madrid y mostraron, según señalaron las investigadoras, una relación significativa entre el estrés térmico y la temperatura del aire, la humedad relativa y el factor de nubosidad del cielo y demostraron que los mayores no son capaces de juzgar objetivamente su nivel de riesgo.
El trabajo dio a conocer que el rango de confort térmico para los adultos mayores en los espacios públicos de Madrid sería: en invierno de 18,49 a 21,51 ◦C, en primavera de 15,88 a 21,92 ◦C, en verano de 23,89 a 28,31 ◦C y en otoño de 17,86-22,08 ◦C, temperaturas que se alejan de las que en realidad se viven en los espacios públicos analizados. Esther Higueras explicó que alrededor del 73% de los entrevistados estaría en riesgo de estrés térmico en invierno y el 98,2% en verano y añadió que esto significa, por los efectos de las temperaturas extremas, las personas mayores podrían estar predispuestas a enfermedades como la neumonía, el paro cardíaco, la deshidratación, la hipotermia y la hipertermia.
Por otro lado, la investigadora especificó que la situación no mejora con referencia al ruido ya que los niveles medios de ruido medidos superaban el umbral máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
En este contexto, a pesar de que los altos niveles de ruido superan los límites perjudiciales para la salud, la mayoría de los entrevistados afirmaron que perciben los niveles como "agradables" y no les molestaba el ruido registrado. Las investigadoras apuntaron que esto podría atribuirse a la pérdida de audición y sensibilidad, a la adaptación y a su expectativa. Sin embargo, reiteró que el ruido es un factor estresante y como tal la exposición a él puede producir efectos auditivos y no auditivos en la salud como los efectos cardiovasculares, metabólicos y psicológicos.
(SERVIMEDIA)
07 Jun 2021
XSF/gja