Esta petición se sucede en un momento en el que el Gobierno trabaja en la nueva Ley de Bienestar y Protección animal estatal, con la que la RSCE quiere un marco jurídico proteja estas razas, algo que actualmente sólo ocurre con el perro de agua español, el podenco ibicenco y el mastín español, y ello evitaría su desaparición como ocurrió en su día con el perro punta español, el dogo español o el gorgas alicantino, según informó este lunes la Canina.

La RSCE trabaja junto a aficionados y criadores en los denominados ‘grupos étnicos’ para poner en marcha programas de recuperación específicos para cada raza, pero considera que sin una protección especial de las administraciones públicas y un tablero legislativo claro será "imposible" mantener la crianza y preservación de la herencia cultural que suponen las razas caninas.

Las características tanto físicas como psíquicas y de conducta que tienen las razas caninas puras hacen que, además de su labor de acompañamiento, ejerzan labores básicas y primordiales en la sociedad, según la RSCE. Así, son un nexo fundamental en el mundo rural y en lo que se ha dado en llamar la ‘España vaciada’, que lo estaría aún más sin la ayuda que los perros proporcionan en lugares recónditos como labores como el pastoreo, la guarda y protección, y el trabajo con el ganado.

Además, sirven a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tanto en la Policía como en la Guardia Civil, y de protección a mujeres víctimas del maltrato. Igualmente, son fundamentales en la salud de las personas, sobre todo como perros guía de personas con visibilidad reducida o en hospitales en algunas terapias de acompañamiento y salud mental.

Esta petición de la RSCE se produce después de que el Parlamento de Canarias haya aprobado por unanimidad una proposición no de ley que insta al Ejecutivo regional a proteger la crianza y la conservación del presa canario, el majorero, el podenco canario y el podenco garafiano mediante su declaración como Patrimonio Cultural, Genético y Etnológico.

"Es imposible entender la historia, nuestra idiosincrasia y nuestra evolución como nación sin hacer referencia a los perros que nos han acompañado a lo largo de todos estos siglos y años. Pero no basta con mirar al pasado; hay que garantizar el futuro de estas razas como patrimonio pujante, rico y muy vivo. La Real Sociedad Canina lleva haciéndolo más de 100 años, pero sin el respaldo de las administraciones públicas, una parte importante de nuestra cultura está en peligro de desaparecer", apuntó Julián Hernández, presidente de la RSCE.