Ciencia
Investigadoras del CSIC visualizan con “gran resolución” circuitos cerebrales relacionados con la ansiedad y la agresividad
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Un equipo de investigadoras del Instituto de Neurociencias, centro mixto del CSIC y la Universidad Miguel Hernández (IN-CSIC-UMH), ha logrado reconstruir en 3D con una resolución celular “sin precedentes” los circuitos de oxitocina y vasopresina del cerebro de un ratón en desarrollo cuyas alteraciones podrían estar “en la base” de trastornos mentales como el autismo, la ansiedad y la agresividad social o la esquizofrenia.
Así lo anunció este viernes el CSIC en un comunicado en el que precisó que este avance, llevado a cabo por las investigadoras Pilar Madrigal y Sandra Jurado y publicado en la revista ‘Communications Biology’, ha sido posible gracias a la combinación de técnicas para “transparentar” el cerebro y de microscopía de alta resolución.
En concreto, las expertas han implementado la técnica Idisco+, que permite eliminar gran parte del contenido lipídico (graso) del cerebro sin dañar su estructura para hacerlo transparente. En combinación con la microscopía fluorescente de lámina de luz (Light Sheet), permite generar reconstrucciones en 3D de los sistemas oxitocinérgico y vasopresinérgico de todo el cerebro del ratón, desde el desarrollo temprano hasta la edad adulta, con una “elevada resolución celular”, según el CSIC.
De este modo, las investigadoras pudieron hacer una clasificación “precisa” de las células que sintetizan oxitocina y vasopresina en núcleos profundos del cerebro, como el hipotálamo, y observaron que los distintos núcleos hipotalámicos muestran “marcadas diferencias” en la expresión de oxitocina y vasopresina durante el desarrollo embrionario, con una elevada presencia de células mixtas en etapas tempranas del neurodesarrollo que “decae” en la mayoría de los núcleos hipotalámicos posteriormente.
Según puntualizó Jurado, directora del laboratorio de Neuromodulación Sináptica y de la Unidad de Neurobiología Celular y de Sistemas del Instituto de Neurociencias, este “análisis en profundidad” del circuito oxitocina-vasopresina en el cerebro del ratón reveló que la oxitocina y la vasopresina, de estructura “muy parecida”, están implicadas en la regulación de comportamientos sociales complejos y tienen “una dinámica distinta a lo largo del desarrollo embrionario”.
“Es probable que estas adaptaciones modulen las propiedades funcionales de diferentes regiones del cerebro según su etapa de desarrollo, contribuyendo al perfeccionamiento de los circuitos neuronales que están en la base de los comportamientos sociales”, abundó.
En este sentido, juzgó “muy importante” haber podido identificar cómo se forman estos circuitos durante el desarrollo del cerebro en los ratones, para poder detectar las “potenciales alteraciones que podrían estar relacionadas con trastornos sociales”.
(SERVIMEDIA)
21 Mayo 2021
MJR/gja