Así se pronunció Calvo durante la clausura del acto de Estado en recuerdo y homenaje al exilio español, que acogió la madrileña Casa de América, coincidiendo con la celebración hoy del ‘Día de recuerdo y homenaje a las víctimas del exilio como consecuencia de la Guerra Civil y la Dictadura’.

En el acto estuvieron presentes el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, y el de la España Global, Manuel Muñiz, y en él intervinieron el historiador Nicolás Sánchez Albornoz; el presidente de la Amical de los antiguos guerrilleros españoles en Francia, Henri Farreny; la presidenta de la Asociación del 24 de agosto, Veronique Salou; la presidenta de la Asociación de Descendientes del Exilio, Pilar Nova; y el presidente del Ateneo español en México, Ernesto Casanova.

También se proyectó un vídeo con un mensaje de Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del expresidente Lázaro Cárdenas (1895-1970) y presidente de la comisión oficial creada por el Gobierno mexicano con motivo del 80 aniversario del exilio español.

El evento contó con una lectura de textos de autores del exilio español a cargo de los escritores Manuel Rivas y Elvira Sastre, y con la actuación del trío músico-vocal Emsemble María de Pablos.

Durante su parlamento, Carmen Calvo reconoció sentirse “muy pequeña” ante el legado del exilio español, a pesar de ser la representante del Gobierno y de una España “que está aquí por ellos”, los exiliados, “porque ellos estuvieron y porque ellos hicieron su trabajo”.

La vicepresidenta primera del Gobierno confesó que el mejor momento de su carrera política, “el más feliz”, fue cuando conoció a Juan Romero, superviviente del campo de concentración de Mauthausen, “para darle las gracias en nombre de la España democrática”.

Esto le sirvió para agradecer su labor “a quienes habéis mantenido la antorcha del exilio en todo el mundo”. “Gracias y perdón. Gracias, por resistir los años de dictadura, donde evidentemente no ibais a contar nada; perdón, porque 42 años son muchos, y el último tren va muy tarde”.

MÉXICO Y CULTURA

Carmen Calvo también dio las gracias al “gran México”, por saber “entender cabalmente” la importancia del exilio español, así como a la cultura, por haber recordado en todo momento la tragedia colectiva e individual que supuso aquel periodo para España y para quienes lo vivieron en primera persona.

Tras lamentar la “pérdida intelectual, científica y cultural que España sufrió con aquella derrota de la democracia”, dejó claro que la del exilio es “la memoria que cuenta, porque esta es la memoria democrática”.

A su vez, Calvo subrayó que el exilio es la vitamina con la que el Gobierno se levanta a “servir, amar y trabajar por España”, ya que aquél representa una “energía con la que no te agotas nunca”.

Por ello, dio las gracias a “todos los demócratas que no olvidan, que no están dispuestos a olvidar y que saben la obligación que tienen de trasladar a los jóvenes de dónde vienen, adónde van y adónde irán cuando asuman la batuta de sus obligaciones políticas y sociales”.

Por su parte, subrayó que la aprobación la Ley de Memoria Democrática permitirá fijar el 8 de mayo como la fecha en la que todos los gobiernos que se sucedan en el poder celebren y recuerden el exilio español.

“La memoria democrática tiene que ser de todos, porque, siendo de todos y de cada quien, según sus criterios e ideas, haremos justicia a su sacrificio. Si no, no sería justo. Los exiliados no salieron por sus colores, sino porque se borraban todos los colores”, manifestó.

Carmen Calvo reafirmó el compromiso “muy preciso” del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el levantamiento de las fosas comunes, paso previo para identificar a “todos y cada uno de quienes fueron sacrificados, a quienes en cada rincón y cada lugar de nuestro país les debemos tanto”.

Por último, aventuró que el acto del año que viene será “más grande, más luminoso” al celebrarse sin restricciones por la pandemia, a pesar de lo cual destacó que el celebrado hoy permitirá “asentar la semilla que queremos” para reivindicar la memoria del exilio español.