Ambos sociólogos debatieron en la tribuna telemática que organiza Nueva Economía Fórum sobre las causas del resultado electoral de anoche, que entre otras cosas deparó un batacazo del PSOE y Gabilondo, que pasaron de los 37 escaños de mayo de 2019 a los 24 de ayer.

Toharia, quien partió de una crítica global a que “España ha tenido una dosis excesiva de toxicidad” en los últimos años y en particular en la campaña madrileña, culpó de la misma en gran parte a Unidas Podemos y lamentó que esto “ha condicionado en exceso al PSOE”, tanto en el Gobierno de coalición como en las última dos semanas.

En su opinión, el PSOE “ha padecido contagio de la campaña tóxica de Iglesias” y, refiriéndose en particular a Gabilondo, dictaminó que “choca que un intelectual de su categoría haya concedido el liderazgo de la campaña a Unidas Podemos”. También llamó la atención sobre el cambio de rechazar a Iglesias en el Gobierno a que en el debate de Telemadrid le emplazara a ponerse de acuerdo para ganar juntos los comicios.

El presidente de Metroscopia no quiso pronunciarse, por falta de información, sobre si la campaña de Gabilondo la diseñó realmente La Moncloa y en particular el jefe de gabinete de Pedro Sánchez, Iván Redondo, pero Vallespín tiente claro que “si se ha implicado Moncloa ha tenido que estar Iván Redondo por medio, y el giro que se dio a la campaña socialista tiene que ver con él”. Una campaña, en su opinión, “muy mal llevada”, porque “se ha unificado al modelo que le interesaba a Pablo Iglesias”.

Por ejemplo, recordó el incidente del debate de la Cadena Ser, cuando, tras negarse la candidata de Vox, Rocío Monasterio, a dar credibilidad a la amenaza de muerte que recibió Iglesias en forma de carta con balas, “bastó que se levantara Pablo Iglesias para que se pusieran nerviosos los otros asesores”, los de Gabilondo y la candidata de Más Madrid, Mónica García, quienes terminaron abandonando el coloquio un rato después.

“La izquierda renunciaba así a una de sus mayores garantías de éxito: confrontar con el Gobierno de Ayuso por la ineficacia en la gestión del coronavirus. A partir de ahí ya todo queda en manos de las grandes proclamas”, sentenció Vallespín sobre la dicotomía entre fascismo y democracia a la que terminó reducida la campaña.

En general, el también catedrático de Cultura Política de la Universidad Autónoma de Madrid opina que “la mejor manera de que se luciera Gabilondo” en la campaña “era dejarle suelto”, pues “habría estado brillantísimo”, la habría centrado en el “sentido común” y “se habría concentrado en que Ayuso rindiera cuentas” por su gestión.