“Tanto por las capacidades del banco, como por su salud financiera, ahora más que cuando me incorporé, creo firmemente que este banco tiene un proyecto en solitario atractivo”, manifestó en su primera rueda de prensa de resultados tras asumir el relevo en el cargo de Jaime Guardiola.

Quien fuera el máximo responsable de ING en su irrupción y desarrollo en España, expuso que ya tenía “la sensación” desde fuera y antes de incorporarse de que “era un banco con muchísimas capacidades”, que ha podido comprobar desde dentro y tras hacer una revisión profunda de su balance y riesgos.

Según dijo, ambas se encuentran “en línea con el mercado. No hemos encontrado sorpresas”, remarcó, junto al nuevo director financiero del Sabadell, Leopoldo Alvear, fichado en Bankia, donde ejercía esa misma función. Tuvo además palabras de agradecimiento y reconocimiento con Guardiola y el anterior director financiero, Tomás Varela, por el fuerte saneamiento acometido a finales del 2020, puesto que facilitarán el crecimiento y mejora de la entidad.

“¿Nos vemos con fuerza, con criterio, para seguir en solitario? La respuesta es que sí, ese es el mandato clarísimo del Consejo”, remachó en alusión a la eventual búsqueda de una consolidación, después de que fracasasen sus intentos de negociación con BBVA.

Al respecto, desveló que el propio Consejo les preguntó si veían con “potencial” la entidad. “Les hemos contestado que sí y nos han dado un mandato clarísimo de hacer todo lo posible para mejorar la rentabilidad, la calidad de este banco”, indicó, en la convicción de que el Sabadell tiene “muchísimos sustratos muy potentes”.

Entre ellos, indicó que sus resultados antes de provisiones, “comparados con todos los ratios y nuestros competidores, son muy buenos, están entre lo mejor de lo mejor, y cuenta además con unos ingresos “muy elevados, por encima de la media de nuestros competidores” que le dan “capacidad de seguir en solitario y hacerlo bien”.

“Por lo tanto, sí hay una base para construir una franquicia envidiable”, prosiguió, antes de desvelar que ahora toca “desarrollar todas las actividades necesarias para poner en valor esta franquicia” como mejorar la eficiencia y crear soluciones “sencillas, atractivas e innovadoras” en servicios, productos y soluciones para los clientes.

En la parte negativa citó los costes, por un problema general de la banca ante los tipos en negativo y el cambiante negocio. Su sorpresa positiva dijo haberla encontrado en la “resiliencia de la gente”, con “capacidad pasa adaptarse” a los cambios y una fuerza comercial “admirable”. “Es un equipo sano, un equipo que no echa culpas”, valoró, agradeciendo que sea así por la cultura de empresa y porque ha sufrido al ver la entidad desde posiciones “absolutamente relevantes” a otra “más baja” por, sobre todo, la cotización.

Precisamente, la cotización se ha recuperado tras fracasar la fusión con BBVA y, al ser preguntado sobre si el mercado les está dando la razón por evitar la integración, el banquero recordó que no estaba en el Sabadell cuando eso ocurrió.

Sin embargo, estimó que “una de las razones principales” para que no se forjase la unión fue que el Consejo “pensó” que “el valor -otorgado al Sabadell en el canje de fusión- no reflejaba plenamente el potencial del banco”.