Ampliación

Elecciones

Iglesias avisa a Gabilondo de que no va a “tragar que no se haga una reforma fiscal”

- Se jacta de haber impedido que el PSOE pueda caer en el “camino fácil” de pactar con Ciudadanos

- Apela al “orgullo del sur” para dejar a la derecha “de momento en la oposición”, dejando en el aire una futura ilegalización de Vox

MADRID
SERVIMEDIA

El candidato de Unidas Podemos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, preguntó este viernes si alguien piensa que “vamos a tragar que no se haga una reforma fiscal en Madrid” y “nos vamos a bajar de esa burra” aunque su rival del PSOE, Ángel Gabilondo, no quiera hacerla en los dos años que faltan hasta las elecciones de 2023.

Iglesias lanzó este mensaje distintivo de otros partidos de izquierda, más contundente que nunca, en un acto en el Parque Olof Palme de Usera, cuyo hilo conductor consistió en contraponer una y otra vez “el camino fácil” al "camino correcto”, presumiendo de que Unidas Podemos siempre eligió el correcto.

Lo hizo, enumeró, al negarse a investir en 2016 un presidente del Gobierno del PSOE con Ciudadanos; al presentar la moción de censura ese mismo año, que, a su juicio, fue condición de posibilidad de la de Pedro Sánchez en 2018; al empeñarse en 2019 en formar un Gobierno de coalición, y al trabajar para que los Presupuestos Generales del Estado de 2021 se aprobaran con una mayoría de izquierdas.

Sobre este último tema, admitió que en parte lo hizo para expulsar de la ecuación a Ciudadanos: “No queríamos dejar ni una posibilidad en el futuro de que el PSOE se equivocara de aliado”, aseguró, dejando caer que en ese partido “a veces a la dirección se le olvida lo que dicen los militantes y “no siempre elige el camino correcto” cuando puede escoger el fácil. “Ahora ya no hay camino fácil, sólo pueden coger el correcto”, se congratuló. “Gracias a nuestro trabajo, en los próximos 10 ó 15 años solamente suman los números por la izquierda”.

En cuanto a su moción de censura de 2016, ante la que el PSOE se abstuvo, subrayó que con ella quedó claro que “si esos votos pasaban de la abstención al sí, Mariano Rajoy se va a su casa” y preguntó si alguien pensaba que sin ella, “que mostró que los números existían, habría sido posible esa segunda moción”, la que hizo presidente a Sánchez. Incluso de ésta última, dijo que el camino fácil habría sido “anunciar nuestro voto a favor y sentarnos a descansar”. Y, sin embargo, reivindicó, “me puse a llamar a mucha gente para mover esos votos”, aun a costa de que le llamaran “amigo de los independentistas”.

Respecto a la entrada en el Gobierno, dijo que lo fácil habría sido firmar un acuerdo programático con el PSOE sin certeza de que éste lo cumpliera, pero que eligió el correcto de “corresponsabilizarnos”. Recordó que le costó una repetición electoral y, según añadió parodiando a Sánchez: “Nos dijeron ‘no puedo dormir si estás tú'…” Gracias a su persistencia, aseguró, ahora hay ERTE para los trabajadores, regulación de las casas de apuestas y habrá una ley del ‘sólo sí es sí’. “Cuando eres firme, los acuerdos salen”, coligió.

FRENTE AL PSOE

Aun después de las segundas elecciones y el preacuerdo de coalición, continuó, “no fue nada fácil que Pedro Sánchez firmara conmigo en un documento que vamos a regular los precios del alquiler”, y ahora no lo está siendo hacerle notar que “con nosotros no se traiciona lo firmado”. Sin embargo, avisó a los socialistas de que, o aprueban la ley de vivienda con regulación del alquiler, “o tendrán que hacerlo con los votos de la derecha, y eso no se atreven a hacerlo ya”.

Ya centrado en la cita autonómica, pero siguiendo el mismo planteamiento, preguntó a sus oyentes si piensan “que por el camino fácil se puede derrotar a Ayuso”, diciendo que “en dos años no vamos a hacer nada”, una referencia nítida a los postulados de Gabilondo. “¿Creéis que con eso se puede movilizar el voto para que la gente mande a la oposición a los fascistas y a la derecha?”, preguntó. Y entonces aclaró al candidato del PSOE su exigencia de reforma fiscal, apostillando: “Sabemos llegar a acuerdos, pero la clave para llegar a acuerdos es ser firme”.

El líder de Podemos constató que “siempre dicen que estamos acabados”, pero entonces, se preguntó “por qué ya no hablan de otra cosa”, y a partir de ahí trató de suscitar “el orgullo del sur”, el de los hijos que pueden permitirse cosas que sus padres no pudieron gracias al sacrificio de éstos. Aquí hasta alabó el currículum de la ministra de Igualdad, Irene Montero, aunque tuviera que trabajar como cajera, y hasta echó en cara con pasión a la derecha que les diga a los dos que “no se pueden comprar con su dinero la casa que les dé la gana, por su maldito clasismo”.

Algo que contrapuso al piso que el empresario Enrique Sarasola facilitó a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante la primera ola del coronavirus, y cuya factura, como ayer, le instó a enseñar. “La gente trabajadora tiene derecho a saber si la casa de Ayuso se la paga ella o se la ha puesto un millonario a cambio de favores administrativos”, vociferó.

Iglesias subrayó que “en Usera tiene que haber colas interminables en los colegios electorales”, y apeló de nuevo a “un sentimiento de orgullo de Madrid que es mayoritario”, para rematar enlazando la petición de voto con el hilo conductor de su discurso. “Si esa mayoría habla y nos da la fuerza suficiente para ir por el camino correcto y no por el camino fácil, la derecha fascista y corrupta estará donde tiene que estar; de momento, en la oposición”, clamó, dejando en el aire una eventual futura ilegalización de Vox.

(SERVIMEDIA)
30 Abr 2021
KRT/clc