El saldo de la balanza por cuenta corriente, que incluye los ingresos y pagos con el exterior por las exportaciones e importaciones de bienes y servicios y por las rentas primaria y secundaria, arrojó un déficit de 2.300 millones en el acumulado de enero y febrero. También una cuantía de signo contrario a los 900 millones de superávit contabilizados por la economía en el periodo comparable del pasado ejercicio.
La partida que más cae tanto es las de rentas primaria y secundaria, con un déficit de 2.500 millones en febrero y que se eleva a 3.500 millones en el acumulado de los dos meses.
En el turismo se observa una contribución positiva de 100 millones en el segundo mes y de 300 millones en ambos, pero es muy inferior a los 2.200 y 4.200 millones, respectivos, de igual periodo del pasado ejercicio cuando la pandemia del Covid aún no se había declarado ni impuesto las restricciones a la movilidad.
Los flujos de bienes y servicios no turísticos registraron tasas de variación interanual negativas, más acusadas en pagos que en ingresos (-7,1% y -4,7% respectivamente). Esta evolución derivó en un superávit de 700 millones frente a un saldo prácticamente nulo en el mismo mes del año anterior.
En términos acumulados de doce meses, en el mes de febrero, la capacidad de financiación alcanzó 9.200 millones de euros, frente a los 34.100 millones de un año antes.
El saldo de la cuenta financiera excluyendo el Banco de España mostró una salida neta de fondos de 7.800 millones y los saldos de la inversión directa (que incluye las transacciones entre empresas de un mismo grupo) y de la inversión de cartera (que se materializa en valores negociables no incluidos en reservas ni en inversión directa) tuvieron saldos negativos de 1.500 y 1.200 millones, respectivamente.
Por el contrario, el saldo de la otra inversión (que incluye, fundamentalmente, préstamos y depósitos) fue negativo, en 9.900 millones de euros, resultado de una variación neta negativa de los pasivos en 15.900 millones y de 6.000 millones en los activos.