Así lo dijo tras una visita junto al candidato del PSOE a las elecciones autonómicas del 4-M, Ángel Gabilondo, a la Fundación padre José María Llanos, en una intervención en la que arremetió contra la falta de gestión que ofrece la presidenta y candidata del PP a la reelección, Isabel Díaz Ayuso.

“Estamos en una campaña electoral, pero en una campaña electoral que así ha decidido las órdenes que Monasterio le da a Ayuso, muy peculiar”. En una campaña, dijo, donde el Ejecutivo no rinde cuentas porque “no hay una sola estadística que Ayuso y su equipo puedan poner en lo alto de la mesa y no le saquen los colores”.

Esta “no es una campaña, es un disparate continuo, es una pasada, literal, de rosca, con todo lo que hemos construido en 42 años en Madrid, que era diversidad, protección, sacar adelante a quienes, por menores, por mayores, por enfermedad, desempleo… con todo lo que constituye la verdadera política”.

Está el PP, dijo, después de 26 años al frente del Ejecutivo regional, y especialmente con “los dos últimos de Ayuso de insurrección institucional frente al Gobierno de España y al resto de nuestro país”, que “las únicas cuentas” que puede rendir es “haberse comportando de modo insolidario y extravagante” en plena pandemia.

La ‘número dos’ del Ejecutivo fue crítica con lo que representa Ayuso y alertó de que “las consignas de esta campaña son un totum revolutum”.

“De qué libertad habla Ayuso, ¿de la de tomarse una cerveza? esta es una libertad ínfima, menor, ridícula” frente a las mujeres que queremos “otra libertad, la de la seguridad de las calles, la libertad del empleo, de nuestro salario, de escuelas de 0 a 3 años que permitan ser madres… Hablamos de cosas que importan”.

“Esta es una campaña ridícula y frustrada por una ultraderecha que ha querido llevar a un lugar absolutamente inaceptables”, concluyó.