Reumatología
Un 20% de las dermatomiositis juvenil debutan en la edad pediátrica
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Cerca del 20% de las Dermatomiositis Juvenil (DMJ) debutan en la edad pediátrica, una enfermedad autoinmune, sistémica y rara que afecta sobre todo a los músculos y a la piel con la aparición de lesiones cutáneas, según aseguró este viernes la Sociedad Española de Reumatología (SER).
Con motivo de la celebración hoy del Día Nacional de la Dermatomiositis juvenil, la SER recordó que tanto los niños como los adolescentes pueden desarrollar esta enfermedad, con un pico de incidencia entre los 5 y 14 años de edad. Se trata de una enfermedad autoinmune, sistémica y rara que afecta sobre todo a los músculos y a la piel, cuya inflamación, provocada por el propio sistema inmune del niño, tiene como consecuencia la aparición de lesiones cutáneas típicas o debilidad muscular.
Es una patología crónica que cursa con brotes y que tiene una intensidad variable, “por lo que es preciso un seguimiento estrecho y regular en las consultas de Reumatología para mantener un control adecuado de la enfermedad”, subrayó la doctora Alina Boteanu, portavoz de la SER y de la Unidad de Reumatología Pediátrica y Transición del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.
No obstante, en el marco del Día Nacional de la Dermatomiositis Juvenil, la experta insistió en que “el desarrollo de varios fármacos y el aumento de opciones terapéuticas, junto con un diagnóstico y un tratamiento precoz, han llevado en los últimos años a una importante mejoría del pronóstico”.
DAÑO IRREVERSIBLE
En este sentido, “la mayoría de los pacientes que logran adecuado control de la clínica, quedan asintomáticos. En cambio, si la enfermedad no se controla, puede producirse daño y esto puede ser irreversible”, advirtió la doctora Boteanu.
Los fármacos que se usan para el control de la inflamación son medicamentos inmunosupresores que actúan inhibiendo ciertas vías de la inmunidad. Entre los medicamentos más frecuentemente usados se encuentran los glucocorticoides, las inmunoglobulinas, otros fármacos modificadores de la enfermedad clásicos o biológicos, según indicó la especialista.
Del mismo modo, en las últimas décadas se considera la rehabilitación/fisioterapia como “uno de los pilares del tratamiento no farmacológico”. Varios estudios han demostrado que ejercicios de rehabilitación supervisados y dirigidos son beneficiosos para la movilidad, fuerza y masa muscular sin producir un empeoramiento de la inflamación. “Las contracturas y la movilidad reducida se pueden aliviar con las sesiones de rehabilitación, sin embrago es importante que los procedimientos se realicen de forma controlada en las primeras etapas de la enfermedad”, precisó la doctora Boteanu.
(SERVIMEDIA)
23 Abr 2021
ABG/gja