Así lo dijo durante su participación en el Conversatorio de jefes de Estado y de Gobierno en el XIII Encuentro Empresarial Iberoamericano, celebrado en el Centro de Congresos de la capital de Andorra con motivo de la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebra mañana y pasado en el país transpirenaico.

Sánchez expuso, en un coloquio conducido por la secretaria general Iberoamericana, Rebeca Grynspan, las tres fases de la respuesta de su Ejecutivo a la pandemia: resistencia, reactivación y recuperación.

Tras explicar que la decisión “más difícil” fue la del confinamiento total, porque “ningún Gobierno está preparado para abordar un desafío de esta envergadura de estas características”, comentó que se crearon “mecanismos nuevos para responder a esta calamidad” como los ERTE, las líneas de crédito del ICO, el Ingreso Mínimo Vital, etc.

Después, en verano, “conforme fuimos abriendo”, se inició la reactivación económica con “instrumentos, no solo para garantizar la liquidez, sino para ganar la inversión de nuestras empresas y empezar a consolidar la recuperación económica”.

Finalmente, dijo, llega la “recuperación” y se lanzó el paquete de ayudas de 11.000 millones a sectores “más afectados” para “trasladar el mensaje de que estamos en el principio del fin y el Estado va a ayudar a sus empresas y trabajadores para soportar ese último tramo de la pandemia”. Momento en el que también se suman, dijo, los fondos europeos.

En este contexto, Sánchez destacó como una de las “lecciones” de la pandemia que “la política sola no puede hacer nada”, ni tampoco la empresa o la ciencia por sí solas, sino que es “fundamental la unión”.

Así las cosas, admitió que los empresarios, que antes de la pandemia veían la transición económica “más lejana”, ahora son “claramente conscientes de que la pandemia ha acelerado muchos de esos cambios”. Por eso, animó a que “tiene que ser una recuperación transformadora, y ahí tenemos que ser muy reformistas los gobiernos”.

Por todo ello, el presidente español recordó que “una de las lecciones” que España extrajo de la crisis de 2008 es que “no habrá recuperación si no hay un proceso de internacionalización de la actividad económica”. Y “tiene que haberlo”, remachó.

Así las cosas, animó a que Europa y la comunidad iberoamericana aprovechen el liderazgo portugués que se inicia en la Unión Europea porque tienen “muchísimo que hacer en los próximos años para consolidar acuerdos de libre comercio” y así “poder culminar esos acuerdos”, como el caso de acuerdo de libre comercio con Chile, con México o con Mercosur.