Sector financiero

Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid copan un 48,7% de los cierres de sucursales desde el 2008

MADRID
SERVIMEDIA

Cataluña y las comunidades Valenciana y de Madrid son las regiones más perjudicadas por la clausura de sucursales que ha tenido lugar, sin interrupción, desde que la arrancó la consolidación bancaria nada más estallar la crisis financiera de 2008, ya que el 48,71% de los locales que han echado la persianilla desde entonces se ubica en sus territorios.

Conforme a las estadísticas del Banco de España, la red bancaria nacional ha sufrido un adelgazamiento del 51,45% a raíz de las sucesivas fusiones y se ha pasado desde el récord de 46.118 locales abiertos al público existentes en septiembre del 2008 a solo 22.392 al cierre del pasado 2020.

Hay que remontarse a septiembre del 1978 para encontrar una red más reducida y entonces contaba ya con 22.178 locales, muy por encima de la capilaridad que acabará teniendo cuando se completen los ajustes anunciados por CaixaBank, BBVA y los que se deriven de la unión ahora en proceso también de Liberbank y Unicaja.

Según algunos estudios, es factible que la red acabe más cerca de los 19.000-18.000 establecimientos que de los 20.000 en un plazo no muy extenso de tiempo por la doble necesidad de ajustar costes para compensar la caída del negocio con la crisis y los tipos de interés hundidos al 0%, y el cambio de hábitos del cliente con la digitalización.

Curiosamente fue en ese 1978 o un año antes, con la aprobación en 1977 del conocido como Decreto Fuentes Quintana cuando se abrió las puertas a la expansión de red que sucedería después, convirtiendo a España en el país más poblado de sucursales bancarias.

Al equiparar la norma el régimen de las cajas de ahorros al de los bancos abrió las compuertas para que saliesen fuera de su territorio de origen y favoreció su extensión a comunidades limítrofes y, sobre todo, a las grandes plazas financieras que son ahora, con el repliegue, las que mayores ajustes están encajando.

En Cataluña se han extinguido 5.256 sucursales o el 22,15% de las 23.726 cerradas a escala nacional desde ese récord de capilaridad del 2008. Supone ajustar un 64,06% la red autonómica, que ha pasado desde contar con 8.205 oficinas y ser la mayor red que existían en España, a disponer de solo 2.949 al cierre del pasado año.

En intensidad de pérdida de sucursales le siguen la Comunidad Valenciana, con un ajuste del 57,60% o el cierre de 2.940 oficinas (su red ha pasado de 5.104 a 2.164); y la de Madrid, donde ha amortizado 3.361 locales o el 55,01% de los que llegó a tener en su momento álgido, hasta los 2.749 que todavía censaba el pasado ejercicio.

Le seguirían por recortes Baleares, con una disminución del 51,62% y 652 sucursales perdidas (mantenía 611 al cierre del pasado año); Galicia, con un ajuste del 51,51% y que deja su red en 1.231 oficinas; y La Rioja, donde han desaparecido 248 oficinas y eso supone un 50% de su red, ahora limitada a una cifra idéntica de 248 locales frente a los 496 que llegó a tener.

NAVARRA, A LA COLA DE LOS AJUSTES

Ninguna autonomía escapa, en cualquier caso, del proceso y también han sido agresivos en las regiones menos perjudicadas. Navarra es la que mantiene su red original más intacta y aún así ha perdido 266 oficinas o el 37,05% de la cifra inicial, quedándole 452 locales. Le siguen País Vasco, que conserva 1.152 oficinas tras echar la persianilla al 42,31% de la red; y Asturias, con 566 sucursales después de que la banca clausurase el 42,36%.

Se trata de un proceso inacabado y susceptible de acentuar aún las reconversiones en las grandes plazas financieras donde todos los bancos y las cajas acabaron extendiendo su presencia a la búsqueda del negocio, sobre todo, con empresas y patrimonios más elevados.

Precisamente, gran parte de los ajustes que ya han comunicado CaixaBank y BBVA a los sindicatos en personal y oficinas vuelven a localizarse en Cataluña y las regiones madrileña y valenciana, bien por duplicidades de estructura derivadas de la fusión de Bankia o por tener, simplemente, mayor presencia por integraciones también previas.

Y es que los cierres han sido fruto del propio proceso de concentración, al que ahora se une además que el cliente ya está vinculado y se relaciona por canales telemáticos con una intensidad creciente. No en vano, desde el 2008 se ha pasado de un censo de 50 ó 60 entidades a menos de 10, aunque con fuerte peso o tamaño, lo que ha derivado en que España sea hoy uno de los mercados europeos más concentrado cuando era de los más fragmentados.

Si en el 2008 las cinco mayores entidades copaban el 42% de los activos bancarios, en el 2019 ya era el 67%, conforme a los últimos datos del Banco Central Europeo (BCE). En ese periodo de tiempo, la media europea ha escalado solo desde el 58 al 65% y, de los grandes mercados, a España solo le exceden Holanda, con el (87%) y Portugal, con un 73%.

La cuota de los cinco primeros bancos en Alemania estaba en solo el 31% frente al 67% español, y también se situó por debajo la de Italia (48%), Reino Unido (31%) o Francia (49%).

(SERVIMEDIA)
25 Abr 2021
ECR/gja