Crimen organizado

Detenidos 65 miembros de una mafia china dedicaba al tráfico internacional de marihuana

MADRID
SERVIMEDIA

La Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra han detenido a 65 miembros de una mafia china, conocida como Bang de Fujian y asentada en Cataluña, que se dedicaba a cultivar marihuana en territorio español para luego enviarla por correo a distintos puntos de Europa.

Según informó este martes la Policía, en esta operación conjunta con los Mossos han participado más de 350 agentes y se ha contado con apoyo de Europol y del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco).

Se han llevado a cabo 29 entradas y registro en varios domicilios, locales y naves industriales de Barcelona, Tarragona, Oviedo, Gijón, Bilbao, así como en Portugal y Países Bajos. Los arrestados disponían de 13 plantaciones de marihuana que albergaban casi 40.000 plantas de marihuana en diferentes fases de crecimiento.

La investigación comenzó a finales de 2019, cuando un equipo conjunto de la Policía y los Mossos, bajo la dirección del Juzgado de Instrucción número 5 de Badalona (Barcelona), inició una investigación a raíz de la detección de diferentes envíos de paquetería que contenían importantes partidas de marihuana envasada.

COOPERATIVA DE TRAFICANTES

Gracias a las indagaciones policiales se pudo constatar que, detrás de estos envíos, se ocultaba la participación de una amplia organización criminal que se encontraba totalmente asentada en Cataluña, a pesar de que contaba con diferentes ramificaciones en varios puntos del territorio español y en diferentes localidades europeas.

El entramado criminal estaba separado en diferentes áreas, cada una de las cuales gestionaba diferentes producciones de marihuana con las que nutrían la actual gran demanda europea. Se ha acreditado que habrían realizado más de 700 envíos de paquetería, que contenían marihuana, a diferentes puntos de Europa (Francia, Portugal, Holanda, Alemania, Rumanía, el Reino Unido, etc.).

Cada facción de la red funcionaba como una cooperativa de trabajo compartido, ya que las personas que pertenecían a cada una de ellas eran consideradas socias y trabajadoras. Esta metodología organizativa permitía que, si uno de los grupos caía, los otros se mantenían activos sin muchos perjuicios, puesto que los permitía funcionar de manera individualizada.

Además, la red criminal contaba con la colaboración de diferentes personas que, asentadas en diferentes países de Europa, gestionaban la venta de las partidas de droga producidas.

(SERVIMEDIA)
20 Abr 2021
NBC/gja