Fernández hizo esta afirmación en unas jornadas organizadas por el periódico ‘El Español’ en las que se refirió al proceso de transición energético de la economía española.

Defendió que un mayor número de actores y más fuentes de energía redundará en una “menor dependencia de energías renovables” y en una “rivalidad por dar más, mejores servicios” y ser “más competitivos a nivel europeo”. “La competencia abrirá un mayor espacio al suministro energético renovable en condiciones de mercado, sin ayudas adicionales, y permitirá avanzar hacia una sostenibilidad realmente competitiva”, defendió, al tiempo que admitió que supondrá un desafío para las administraciones y asumir “riesgos” para las empresas.

“El reto de la CNMC es conciliar la flexibilidad con la seguridad jurídica que precisan los inversores”, afirmó la presidenta del organismo.

Señaló que se va a hacer “especial énfasis” en la protección y los derechos de los consumidores para que accedan a fuentes de energía “seguras, sostenibles y competitivas” y que se preparará la regulación de los nuevos modelos de negocios descarbonizadores como es el vehículo eléctrico.

“Espero que podamos experimentar las ganancias de eficiencia y bienestar que han aflorado en otros sectores”, entre los que citó el transporte o la telefonía, y destacó el papel “primordial” de la digitalización para “optimizar las inversiones en redes” y “explotar la información sobre el consumo” de cara a ofrecer mejores ofertas económicas a los usuarios.

La digitalización “facilitará el trabajo de la CNMC” y “nos permitirá hacer un mejor análisis del coste-beneficio de las inversiones o supervisar los mercados mayoristas” usando nuevas herramientas, según apuntó.

La presidenta de la CNMC confió en que la transición energética sea “un éxito en términos de crecimiento económico y bienestar social”.