Así lo ha confirmado la entidad detallando que este mismo martes ha comunicado a la Representación Legal de los Trabajadores (RLT) “la intención de iniciar el procedimiento de despido colectivo previsto en el artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores con afectación a todos los centros de trabajo de la entidad, así como la modificación sustancial de las condiciones de trabajo, de acuerdo con el artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores”.
El banco va cumpliendo así los apretados calendarios que se ha autoimpuesto para operar cuanto antes como una sola entidad y cumplir con un plan estratégico que, entre otros factores, prevé mejorar su rentabilidad y lograr más de 1.000 millones de euros en sinergias al año: 770 millones vendrán por menores costes y 290 millones por un aumento de los ingresos.
El consejero delegado de la nueva CaixaBank, Gonzalo Gortázar, avanzó en mismo día que el banco era una realidad con su inscripción en el registro mercantil la intención de lanzar las negociaciones después de Semana Santa, con intención de poder cerrarlas “a finales del segundo trimestre”.
Junto al presidente del banco, José Ignacio Goirigolzarri, expresó el compromiso de primar las potenciales salidas con un proceso “no traumático, en el que prime la voluntariedad” y el “criterio de meritocracia”, para “retener a los mejores”.
La combinación de ambos bancos ha dado lugar a la primera entidad del país, con unos 640.000 millones de euros en activos, una cuota de mercado cercana al 25% y 50.000 personas en plantilla.
Algunos expertos estima que durante el proceso de ajuste podría darse salida a unos 7.000-8.000 empleados, una cifra que conforme a análisis como el de EAE Business School se aproximaría “a los 8.400 empleados que ambos bancos tienen de mayores de 50 años”, facilitando una salida voluntaria.
El lanzamiento de las negociaciones tiene lugar apenas un día después de que CaixaBank haya iniciado la unificación de la marca en la red de oficinas, que prevé concluir en 9 semanas en toda su red por España, y tras adaptar la imagen de marca en los edificios corporativos, entre los que se incluyen la sede operativa de Bankia en Madrid y la antigua sede social de Bankia, ubicada en Valencia.