En declaraciones a los medios de comunicación antes de su último día en el Consistorio madrileño tras casi seis años como concejala, González señaló que se queda con el trabajo realizado durante este tiempo, donde “he dado mi vida”. Además, dijo que se queda "con los amigos que he hecho de todos casi todos los partidos y con la gente que me enseñó que no olvidara para qué estaba ahí”.

Respecto a su nombramiento como delegada del Gobierno, aseguró que ha sido una “buena noticia” en un año “terriblemente duro en lo personal”, por lo que “ha sido un regalo de vida”.

González, muy emocionada, recordó que entré en el año 2000 en el grupo del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid como asesora y que volvió años más tarde como concejala. Por este motivo indicó que le da "mucha pena" irse, porque "la política municipal es muy bonita”, pero remarcó que “representar al Gobierno de España me parece un privilegio”.

"ADMIRACIÓN" HACIA SÁNCHEZ

La nueva delegada del Gobierno añadió que conoció a Sánchez "antes" de que fuera popular y confirmó que tiene “una relación personal y una admiración política indudable” hacia el presidente del Gobierno. Por ello, señaló que el nombramiento es un "privilegio”, porque como delegado “representas al Gobierno de tu país, que es el Gobierno de tu partido, con el que te sientes representada y que además que lidera una persona muy especial en mi vida”. “Lo afronto con vértigo, pero con muchas ganas”, aseveró.

Por último, confió en que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, “ejerza menos de portavoz y más de alcalde y podamos tener una relación personal, que la hemos mantenido siempre, y nos lleve a tener una relación institucional, porque ambos estamos aquí para servir al pueblo de Madrid”.